Tan pronto fue nombrado por su amigo Oriol Junqueras como nuevo presidente de la sociedad pública de contratación Infraestructures.cat (la antigua GISA), Joan Jaume Oms se obsesionó con marcar una línea infranqueable entre la anterior gestión liderada por los mandatarios convergentes y la suya.
Intentó (con la aprobación de Junqueras) personarse como acusación particular en el sumario del llamado caso 3% que se instruye en el juzgado de El Vendrell. Diversos directivos de GISA aparecen implicados en esta trama, entre ellos el exdirector Josep Antoni Rosell. El juez no lo aceptó pero sí le abrió la puerta a su colaboración. Y Oms entró con toda la artillería.
Oms, colaborador
Para empezar, presentó un informe firmado por el ingeniero responsable del órgano técnico de evaluación de GISA, Juli Comptàs, en el cual se afirmaba que Rosell le había indicado la modificación de la puntuación sobre determinadas ofertas de obras en función de criterios “irregulares”.
Fuentes próximas al antiguo órgano de gestión de GISA han explicado a este medio que Oms apremió a Comptàs para que firmara ese informe que pretendía evidenciar las supuestas arbitrariedades de Rosell. El informe, en realidad, lo único que constataba eran las habituales divergencias técnicas sobre la ponderación y puntuación de las ofertas por las obras sacadas a concurso.
Con esa creencia, Comptàs lo firmó. Dicen que le amenazaron con el despido si no lo hacía. Tras la firma, Oms, que ya tenía lo que quería, le despidió. A finales del año pasado se celebró la vista por la demanda laboral por despido improcedente de Comptàs contra Oms.
Grabaciones sospechosas
El hombre de Juqueras en GISA no sólo aportó documentación, sino que, además, puso sobre al mesa del juez dos grabaciones en las que supuestamente iba a quedar muy mal parado el antiguo presidente de la sociedad Joan Lluís Quer. Una de estas conversaciones se establece entre Mariló Casas y Josep Antoni Rosell.
Casas fue la persona que sustituyó a Quer al frente de la empresa Auding cuando Quer tuvo que abandonarla por incompatibilidad al aceptar el cargo de presidente de GISA. En esa conversación, Casas pedía a Rosell un trato de favor en la otorgación de una obra. Rosell se negó. Oms explicó al juez que esa grabación se realizó a instancias del propio Rosell, cosa que este último no ha confirmado.
Quer, bajo presión
Oms pone el acento en Quer: según sus declaraciones y conversaciones con el juez de El Vendrell y con el fiscal, Quer seguía “controlando” la empresa de la que procedía, a la que habría beneficiado durante el tiempo en que estuvo al frente de GISA.
En ese periodo, Quer colocó a la sobrina de Artur Mas en la sociedad y mantuvo sospechosos contactos e intermediaciones entre empresas adjudicatarias de obras y altos mandos de Convergència situados al frente de diversos órganos contratantes de la Generalitat.
Las informaciones de Oms son clave para que la Fiscalía haya pedido la imputación de Quer, a quien se considera uno de los cerebros del caso 3%. La Guardia Civil no le ha podido localizar aún porque Joan Lluís Quer se encuentra en el extranjero por motivos personales.