Jordi Sànchez ha contado este jueves por primera vez su versión de los hechos ante el juez. El diputado electo y exlíder de la ANC ha asegurado que abandonará su escaño si su partido persiste en la vía unilateral. Sànchez ha reconocido en su declaración –de casi dos horas y media– que el referéndum del 1-O fue ilegal y ha asegurado que tanto la entidad que presidía hasta que decidió presentarse al 21D, como Òmnium Cultural, ERC y CDC tenían una hoja de ruta desde febrero de 2015.
Tras concluir su comparecencia ante el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena, le han seguido el presidente de Òmnium, Jordi Cuixart, y el exconsejero del Interior Joaquim Forn. Está previsto que las defensas de los tres investigados en la causa del procés soliciten después la libertad de sus clientes, en prisión preventiva.
¿Incitación a la violencia?
La declaración de Sànchez se ha centrado en los hechos ocurridos el 20 de septiembre ante la sede de la Consejería de Economía. A primera hora de la mañana, la Guardia Civil entró a registrar las dependencias de la Generalitat y miles de personas se concentraron ante el Departamento, hecho que dificultó la tarea de los agentes del Instituto Armado.
El exlíder de la ANC ha asegurado que no llamó a la violencia en ningún momento durante las movilizaciones y que pidió a los manifestantes que se fueran a casa desde el escenario que se había instalado para las actuaciones musicales y no encima de los coches de la Guardia Civil. Aunque ha asegurado que no hubo sensación de ambiente violento, ha admitido que pudieron cometerse actos vandálicos.
Las peticiones de excarcelación serán presentadas entre hoy y mañana. La decisión de Llarena se conocerá en los próximos días.