Proclamar la república y proseguir con la unilateralidad o gobernar con el objetivo de la independencia a largo plazo. Esta es la disyuntiva que se abre tras los resultados electorales del 21 de diciembre y, a pesar de las reclamaciones de la CUP, algunas voces secesionistas ya han emprendido la marcha atrás respecto al gran objetivo de la legislatura pasada y apuestan por aparcar la vía unilateral.
Así lo reclaman algunos concejales y cargos intermedios territoriales. Reconocen que los resultados de los comicios del jueves han sido buenos para su objetivo, especialmente en escaños en el Parlamento catalán, pero no en número de votos. Aseguran que con el 47,5% que se ha obtenido con una participación récord no es suficiente para asumir este objetivo.
Torra pide reflexionar
Ha sido Quim Torra, expresidente de Òmnium Cultural y electo por Junts per Catalunya, uno de los primeros en reconocer públicamente que el “independentismo ha tocado techo”. Lo ha hecho en una entrevista en la televisión pública catalana en la que pide que se abra un “periodo de reflexión profunda y pausada” para “repensar las estrategias”.
Quim Torra (1abajo a la izquierda) junto a la exconsejera Clara Ponsatí (c) en Bruselas / TWITTER
Un objetivo que se comparte en algunos sectores y que implica que en la legislatura que empezará el próximo 23 de enero, fecha en la que se constituirá el Parlament, el Gobierno catalán se dedique a la gestión. Los que piden que se aparque la unilateralidad plantean que para alcanzar la independencia se debe ampliar las bases y que eso, como tarde, se alcanzará en la próxima generación.
También destacan que con un programa de gobierno más social y en el que se recupere la estabilidad y la previsibilidad que reclama el empresariado catalán también se ganarían más adeptos. Algo que no se ha podido alcanzar en los dos últimos gobiernos, los liderados por Artur Mas y Carles Puigdemont, por la urgencia de proclamar la independencia.
Falta de consenso
No existe una unanimidad sobre esta cuestión. De entrada, los cuatro diputados de la CUP son capitales para obtener la mayoría necesaria en la sesión de investidura si el bloque independentista se quiere mantener unido en la Cámara. Requieren su adhesión o su abstención para proclamar a un candidato que surja de un pacto entre JxCat y ERC por el que ya se ha empezado a trabajar.
Pero ni siquiera en estos dos partidos hay consenso. No es el objetivo del expresidente de la Generalitat ni de su mano derecha y principal voz de la candidatura electoral del PDeCAT, Elsa Artadi. El debate está abierto.