La invitación de la expresidenta del Parlamento de Cataluña Núria de Gispert ha hecho fortuna. Un grupo de independentistas, reducido, pero muy ruidoso, ha recibido a Inés Arrimadas al grito de “¡vete a Cádiz!” cuando la cabeza de lista de Ciudadanos ha ido a votar a su colegio electoral.
Los gritos y los insultos --¡facha!, ¡no eres catalana!”— han sido neutralizados con los de simpatizantes de la dirigente de la formación naranja, quien cerca de las 12 del mediodía, ha acudido a votar a la Escuela Ausiàs March, en el barrio de Les Corts, donde reside. Ha acudido acompañada de su marido, Xavier Cima.
Cuando Arrimadas ha llegado al colegio han comenzado los gritos, tanto a favor como en contra del partido que representa. “¡A la cola, a la cola!”, exclamaban algunos, temerosos de que la candidata se saltara la larguísima hilera. Cosa que no ha hecho.
Los insultos han sido compensados por saludos de simpatizantes, que se han hecho selfies con ella y la han aplaudido al grito de “¡presidenta, presidenta!”.
La tensión ha ido en aumento cuando la cabeza de lista, tras votar, ha salido a la calle para hacer declaraciones a los medios. Personas con silbatos intentaban silenciar sus palabras, mientras que algunas personas, ataviadas con una bufanda amarilla –homenaje a los dirigentes independentistas encarcelados— han comenzado a insultarla y a invitarla a que se vuelva a Cádiz, su tierra natal.
Los incidentes no han ido a más y, de repente, se ha oído el himno de España. Un vecino patriota.