Poca chicha electoral el domingo en TV3, pues la programación consistió, casi exclusivamente, en la La Marató, esa celebración anual de lo buenos y solidarios que somos los catalanes. Y si no éramos conscientes de ello, ahí estaba Quim Masferrer para gritarle al público "Sou molt bona gent!". Bueno, por lo menos se recaudó un pastón para el tratamiento de las enfermedades infecciosas: esperemos que no despisten una parte para la reconstrucción del Diplocat.

El domingo era el día de lo que se conoce como mitin electoral central, en el que se supone que cada partido echa el resto. Hubiese agradecido en el de Ciudadanos la ausencia de una de esas chirigotas de Cádiz que, en teoría, son graciosísimas, aunque a mí se me antojen siniestras, pero estuvo bien la media sonrisa de Rivera, haciendo como que la cancioncilla que oía le parecía tan ingeniosa como hilarante. Los demás partidos prescindieron de la música y mantuvieron el tono habitual: severo y solemne el de ERC y Junts per Catalunya, vibrante el del PSC gracias al siempre eufórico Iceta, voluntarioso el del PP pese a las deprimentes encuestas, quimérico el de Catalunya en Comú, marcado por ese optimismo de la voluntad que distingue a Domènech, e involuntariamente humorístico el de la CUP, gracias a la presencia de Albano Dante Fachin, que no deja de hacer méritos para que le echen algo en algún partido soberanista. Desde que lo desalojaron de Podemos, este pobre hombre va por ahí como perro sin dueño, a ver si alguien se fija en él y le echa un capote. Para conseguirlo, no duda en sobreactuar. Tras convertirse en independentista nada más abandonar Podem, ahora se centra en su antiguo jefe, Pablo Iglesias, para ganar puntos. Y lo pone verde. Hasta el punto de desvelar en el mitin de la CUP una conversación con Iglesias en la que éste le dijo que más valía rezar para que no se celebrara el referéndum. Gritando, Fachin aseguró que Dios no estaba con los del 155, sino con el noble y digno pueblo catalán que ese día salió a la calle a votar y se llevó los porrazos de la Policía Nacional.

Fachin es el primero que mete a Dios en campaña, aunque no sé si eso sirve de mucho con los paganazos de la CUP. Tampoco sé si la mejor manera de que te admitan en un club es poner de vuelta y media al club del que te acaban de echar, pues tu posible nuevo jefe puede pensar que, si se ve obligado a expulsarte, te lanzarás a echar pestes de él de manera inmediata. Pero, bueno, él sabrá lo que hace a la hora de buscarse la vida. Como dice el refrán, más cornadas da el hambre.