Antiguos altos cargos de diversos gobiernos catalanes, así como exdirigentes del PSC, han firmado sendos manifiestos en el que piden el voto para Miquel Iceta por entender que es el único que garantiza la reconciliación de los catalanes, el reconocimiento de Cataluña como nación y el retorno a la legalidad.
El primer manifiesto (que piede leerse en este enlace) está firmado por altos cargos de diversos gobiernos. Entre ellos destacan los exconsejeros Lluís Alegre, Josep Duran Lleida, Ignasi Farreres, Xavier Hernández y Antoni Isac, (todos ellos de UDC), así como Josep Miró i Ardèvol (CDC), Caterina Mieras, Josep Maria Rañé, Xavier Sabaté y Joaquim Llena (PSC). También apoyan al candidato del PSC antiguos diputados y senadores socialistas como Martí Carnicer, Montserrat Capdevila, Joan Ferran o Joan Rangel; y exparlamentarios de UDC como Jordi Casas, Conxita Tarruella y Salvador Sedó. Se unen al manifiesto los exdiputados Manuel Milián Mestre (OO) y Josep López de Lerma (CDC), así como un grupo de exaltos cargos de gobierno catalanes como Félix Riera, Xavier Casas, Francesc Castellana, Jaume Galofré o Pilar de Torres, entre otros.
Los firmantes, procedentes de diversas formaciones políticas catalanas, “nos encontramos unidos en la voluntad de encontrar una salida al callejón sin salida político en que se encuentran los catalanes y las catalanas y la relación de Cataluña con el resto de España”. Añaden que “nuestro sentido de la responsabilidad nos lleva a reclamar el respeto a la legalidad, el reconocimiento de Cataluña como nación y en exigir del Estado una respuesta política positiva a las aspiraciones de los catalanes y las catalanas”. “Desde la diversidad de nuestros orígenes ideológicos y/o partidistas, creemos que hay que abrir una etapa de reconciliación entre todos los catalanes y las catalanas de buena voluntad, huir de la polarización actual y construir puentes de diálogo entre todos nosotros y España”.
Una nueva etapa de concordia
Concluyen que “estos momentos creemos que la candidatura a la presidencia de la Generalitat, encabezada por Miquel Iceta, reforzada con el acuerdo con Units per Avançar, es la que mejor recoge las posibilidades de abrir una nueva etapa de concordia y de diálogo que devuelvan la paz social y política en Cataluña”.
El segundo de los manifiestos (que puede leerse en este enlace) está firmado por varios exdirigentes del PSC. Bajo el título “¿Qué votaremos?”, Irene Balaguer, Josep Maria Carreras, Daniel Font, Jordi Font, José Antonio González Casanova, Joan Carles Mas, Manuel Mas, Raimon Obiols y Eduard Rivas piden el voto para Iceta porque “han quedado demostradas las limitaciones y los costes del processisme”.
“Ante las elecciones del 21D, queremos afirmar que lo que hace una nación y le da continuidad y futuro es, por encima de todo, el consenso básico de su ciudadanía. Un consenso que habíamos preservado desde la resistencia y la transición democrática y que nos hacer fuertes”.
“Nuestro catalanismo –añade-- no admite la división antidemocrática entre "buenos y malos catalanes", sino que es el catalanismo de la pluralidad y de la unidad civil del pueblo de Cataluña. Es el único catalanismo que nos puede sacar de la actual callejón sin salida. El marco de convivencia no puede ser determinado por la mitad de los catalanes; debe ser asumido por la inmensa mayoría de la ciudadanía, es decir, debe ser compatible con la diversidad de identidades y de sentimientos de pertenencia, asumible por los que sólo se sienten catalanes y para los que se sienten también españoles. Sólo esto garantiza la unidad y el futuro de la nación catalana”.
"Acabar la carrera sin norte"
Confían los firmantes en que “acabe la carrera sin norte que primero fue entre CDC y ERC y que se concreta ahora con una "lista del presidente", ficticiamente transversal, destinada a recobrar el espacio que había ganado ERC, culminando así la apuesta independentista de la vieja CDC, en su huida para librarse de los costes que le estaba suponiendo la avalancha de la corrupción instituida”.
Asimismo, confían en el PSC para “hacer un papel imprescindible de cortafuegos en el incendio neolerrouxista” y convertirse en “herramienta de transversalidad, de superación de la grieta que amenaza de fracturar Cataluña en dos mitades. Es el viejo designio fundacional del PSC, en un contexto más adverso que nunca por causa de la polarización extrema de los nacionalismos opuestos y de la consiguiente desinhibición de los hiperventilados a ambos lados”.