Todo es el 155. El bloque independentista no sabe cómo actuar tras el 21D. Y lo fía todo a que el electorado soberanista reaccione ante las medidas que ha tomado el Gobierno de Mariano Rajoy. Jordi Turull, Marta Rovira y Carles Riera, los representantes de Junts per Catalunya, Esquerra y la CUP, se escondieron detrás del 155 en el debate de este lunes en TV3. Medidas para combatirlo, para restituir la situación anterior y para mantener los pasos de la República catalana. Con mayor o menor intensidad, con más fragor o con algunas tímidas propuestas de carácter social, eso fue todo lo que el independentismo está dispuesto a ofrecer.
Fue Turull el que más insistió en esa cuestión, con una idea que Junts per Catalunya no dejará de repetir hasta la apertura de los colegios electorales el 21D: que las elecciones sirvan para restituir al presidente Puigdemont y a todo el Gobierno cesado, y que “de eso van estos comicios, que se han convocado de la manera como se han convocado”, en alusión, de nuevo, al 155. Tanto incidió en ello que calificó como casi de política franquista hablar de "pantanos", en alusión a un posible debate sobre gestión y proyectos concretos.
El cabreo de Iceta
Esa pretensión de Turull sobre la restitución de Puigdemont, sin embargo, choca con Esquerra Republicana, que no tiene ningún deseo de investirlo si la lista más votada es la republicana. Cuando la candidata de Ciudadanos, Inés Arrimadas, le recordaba a Turull que Esquerra no quería esa fórmula, Turull insistía todavía con más fuerza, dejando a Rovira con ojos como platos.
El socialista Miquel Iceta mostró brío en ese momento --prefirió, como en los recientes debates en TVE y en La Sexta, un tono más conciliatorio-- y reclamó que todos los candidatos dijeran claramente para qué debían servir unas elecciones si los ciudadanos no pueden decidir quién será el próximo presidente de la Generalitat.
El soberanismo, sin embargo, no es capaz de dar un paso. No lo dará hasta comprobar con qué fuerza cuenta tras el 21D. Y Rovira se limitó a asegurar que su partido seguirá “haciendo república” sin concretar qué quiere decir eso, aunque los republicanos están determinados a iniciar una nueva etapa, sin apuestas unilaterales.
Arrimadas, contra la falta de proyectos de los 'indepes'
De nuevo Iceta recordó que el 155 no era el diablo, y que, de hecho, el Consell de Garanties Estatutàries había avalado el 155 por ser “la medida menos lesiva” si se trataba de convocar elecciones, que es la decisión que tomó Rajoy.
Ante esa situación, Inés Arrimadas apostó por una nueva etapa, con un Gobierno con independientes, y con la necesidad de “reconciliar” la sociedad catalana, atacando a Turull y Rovira por la falta de concreción en sus proyectos, y el rechazo a discutir sobre la gestión.
El debate acabó demostrando una especie de vida en paralelo, que sólo se podrá resolver cuando cada fuerza política sepa qué poder tiene a partir de la noche del 21D.
Lo que se vio también es que Xavier Domènech, el candidato de los comuns, no atacó apenas a Iceta, ni éste a Domènech, quien insistió en que se debe romper la política de bloques. Sólo al final, Domènech molestó a Iceta, acusándolo de encerrarse “en la habitación del pánico” por el “apoyo” al 155. Y ahí salió la ruptura del pacto de gobierno en el Ayuntamiento de Barcelona. Iceta recordó que han sido los comuns los que han roto esos pactos de gobierno, en Barcelona y en otros municipios como Terrassa.