¿La aplicación del 155? Los argumentos del bloque independentista se quedaron este domingo congelados. Si surgieron fue por breves instantes, frente a la presión del bloque constitucional, que arrinconó al independentismo en el terreno de la gestión, en la necesidad de invertir y priorizar mejor en las carencias sociales que se viven en Cataluña. El soberanismo se vino abajo, se ha quedado sin respuestas cuando se habla de programas de gobierno realistas.
Tanto Inés Arrimadas como Miquel Iceta fueron incisivos en plantear a los representantes de Junts per Catalunya, Josep Rull, y de ERC, Carles Mundó, que el proceso soberanista ha dejado de lado cuestiones tan importantes como la generación de nuevas plazas en guarderías públicas, o la búsqueda de nuevas inversiones en sectores concretos de la industria. También el líder del PP catalán, Xavier García Albiol, entró en ello, al pedir que lo prioritario es lograr un clima de confianza.
Barracones escolares, presión fiscal y guarderías
La gestión, inversión, prioridades en las decisiones políticas, presión impositiva, trabas administrativas, negociación sobre el modelo de financiación, guarderías infantiles, conciertos educativos… De todo ello tuvieron que responder tanto Rull como Mundó, y el representante de la CUP, Vidal Aragonés en el debate electoral organizado por La Sexta, dejando a un lado el proyecto soberanista y la posibilidad de implementar la república catalana que se declaró en el Parlament el 27 de octubre.
Hubo escarceos y presiones entre los diferentes dirigentes para lograr la fidelidad de los votantes con los que comparten frontera electoral. Una de las pugnas, pese a que no tienen una frontera de votos importante, fue la que se estableció entre Inés Arrimadas y el cabeza de lista de los comunes, Xavier Domènech, que insistió en que no apoyará en ningún caso ni a la candidata de Ciudadanos ni a Carles Puigdemont, el líder de Junts per Catalunya. Eso dejó la puerta abierta a un apoyo a Miquel Iceta. Precisamente, esa fue una tónica, la falta de presión y de intercambio de golpes entre Domènech e Iceta, dispuestos a colaborar si los resultados lo permiten.
Garcia Albiol se ata al 155
Pero el debate se centró en la gestión, en el modelo educativo, en los “barracones” que todavía se utilizan de forma provisional ante la falta de escuelas. Especialmente activa en ese terreno fue Arrimadas, que contestaba a cada una de las intervenciones de Rull y Mundó, que quisieron presentar la cara más seria y eficaz del bloque independentista, pero que no supieron combatir con claridad en ese terreno. Resultó una derrota clara del soberanismo, que no tuvo respuestas. Sólo Mundó insistió en que en el presupuesto de 2017 se había aumentado el número de plazas de profesores, con el añadido, por parte de García Albiol de que eran plazas “interinas”, y que ha sido el PP quien, con el 155, ha convocado las plazas para ser profesores titulares.
Iceta, que busca en los últimos días cómo arrebatar votos que pueden dirigirse hacia Ciudadanos, incidió en que se trata de “cambiar el gobierno, dejar atrás el desastre independentista, que ha tenido en los dos últimos años un resultado nefasto, y que se debe gestionar mejor y presentar una alternativa, sin que sea suficiente rechazar sin más el independentismo”. Arrimadas insistió en eso, en que “se trata de gobernar mejor, con todas las competencias que ya tiene el Govern de la Generalitat, con una nueva etapa para todos los catalanes”.
El soberanismo deja atrás ahora la unilateralidad
Todo ello, con un cruce también de acusaciones entre Domènech y García Albiol, llevó a un debate sobre cómo pasar página, sobre cómo gestionar mejor, y olvidar la vía unilateral. Y en ese aspecto también entró Rull y Mundó, dispuestos ahora a negociar, a establecer una “bilateralidad”, en palabras del exconsejero de Justicia, que sustituyó a Marta Rovira como representante de ERC.
Quien se ató al 155 para defender su eficacia, fue Garcia Albiol, que insistió en que el PP lo ha aplicado, pero que ahora es necesario un Gobierno “constitucionalista”. Intentó el líder del PP catalán entrar al trapo con Miquel Iceta, sobre el mensaje del líder socialista sobre los posibles indultos en el futuro, pero no recibió en ningún momento una respuesta que asegurara un cuerpo a cuerpo.
El bloque independentista se sintió aludido por esa carga del constitucionalismo, pero no supo presentar alternativas. Mundó también se ató, como Albiol, al 155, para denunciar que “ha acabado con todo”. Y presentó las elecciones como una dualidad entre Ciudadanos y Esquerra. Pero resultó, en el primer gran debate televisivo difundido en una cadena para toda España, una derrota del independentismo, a la espera de las elecciones del 21D.