El pleno del Senado ha aprobado hoy una moción del PP, respaldada por PSOE y Ciudadanos, con la que la Cámara rechaza de plano el boicot a los productos catalanes tras hacer constar que la "actitud irresponsable" de los partidos independentistas ha "perjudicado" a la economía de Cataluña.
Este aspecto de la moción, así como una exposición de motivos en la que se atribuye el boicot al "hartazgo" de los ciudadanos con el "procés" y al "odio" de los secesionistas al resto de España, ha impedido el apoyo de otras formaciones, como Unidos Podemos, que ha optado por abstenerse pese a reprobar el boicot.
Las formaciones nacionalistas como ERC, PDeCAT y PNV, así como Compromís o CC, han votado en contra de la moción, que ha salido adelante con 204 votos a favor, 26 en contra y 21 abstenciones.
El referéndum ilegal, punto de inflexión
Durante el debate, Unidos Podemos y los nacionalistas han dirigido duros ataques al grupo popular, al que han acusado de ser corresponsable de una situación que está dañando la economía catalana y que ahora pretende enmendar en plena campaña electoral.
La moción hace constar que antes del referéndum independentista ilegal del 1-O, Cataluña encabezaba el crecimiento económico de todas las comunidades autónomas, y atribuye la fuga de empresas al "desprecio a la legalidad" de los independentistas y hace notar que el boicot a los productos catalanes "no tiene sentido" en un mundo global.
"Debe rechazarse cualquier práctica de boicot a los productos producidos en Cataluña como forma de expresar un rechazo al secesionismo. Esta práctica comporta la misma división que el independentismo y nos aleja de este proyecto común que es España", remarca el texto.
El PSOE propone una campaña de concienciación
El grupo socialista había presentado una enmienda para instar al Gobierno a promover una campaña informativa y de concienciación ciudadana sobre los "beneficios mutuos" del comercio e intercambio de productos de distinto origen.
La socialista María Borao ha criticado que el PP utilizara términos de "confrontación" en su exposición de motivos que no contribuyen a "restañar heridas" en Cataluña y no invitan a influir de manera "proactiva" en los consumidores, algo que podría conseguirse con la campaña informativa planteada por el PSOE.
El PP ha intentado una transacción a partir de esta propuesta socialista, pero no ha logrado el preceptivo visto bueno de otros grupos de la oposición.
Podemos y los nacionalistas se desmarcan
Al igual que el PSOE, la senadora de Unidos Podemos Sara Vilà ha criticado el tono de la iniciativa del PP, en la que ha echado en falta algo de "autocrítica" por la gestión que el Gobierno ha hecho de la crisis catalana, y le ha acusado de practicar un "cinismo monumental" al fomentar con un decreto la "huida" de empresas de Cataluña para ahora echarle la culpa al independentismo.
En su opinión, la moción no pretende ayudar a los productos catalanes, sino a la campaña electoral del PP ante el 21D; Vilà ha aprovechado para volver a reclamar diálogo en Cataluña y ha llegado a decir: "Bienvenida la equidistancia de los que piden diálogo".
Críticas también ha recibido la moción del senador de ERC Joaquim Ayats, el cual ha asegurado que fueron las imágenes de los "porrazos" policiales el 1-O las que han hecho disminuir el turismo en Cataluña, así como las "coacciones" y la "represión", junto al decreto para facilitar el cambio de sede social de compañías, lo que empujó la fuga de empresas.
María Teresa Rivero, del PDeCAT, grupo que había presentado una enmienda para que el Senado deplorara la "perversa política económica impulsada desde el Gobierno contra Cataluña", ha acusado al PP de hacer que la economía catalana "enferme" para ahora traer "la cura", y ha manifestado que el Ejecutivo no tiene un problema con Cataluña, sino con la deuda del Estado.
Carles Mulet, de Compromís, ha dicho que la moción es un mero "gesto sin recorrido" en campaña electoral y ha arremetido contra los "nacionalistas radicales españoles" del PP que, según él, llevan alimentando el "odio" hacia Cataluña desde mucho antes del "procés".
Acusación rechazada por la senadora popular Carmen Riolobos, quien ha subrayado que es "falso" que el PP hubiera alentado una campaña de odio hacia los productos catalanes y que sí vio "odio" en los independentistas, como en la manifestación antiterrorista de agosto en Barcelona, contra el Rey, el presidente del Gobierno y los ministros "por no tener el gen independentista catalán".