El presidente de la Generalitat cesado, Carles Puigdemont, ha admitido este miércoles que su Govern hizo un "análisis equivocado" del procés ya que pensó que en el algún momento el Gobierno central se abriría a negociar con él su hoja de ruta secesionista, y esto no ha pasado.

Lo dicho en una entrevista en El Punt Avui Televisió desde Bruselas, adonde se fugó para evitar la acción de la justicia española. El expresident ha afirmado que también pensó que la Unión Europea y la OTAN controlarían la "pulsión autoritaria" del Estado contra Cataluña, y ha concluido que esto tampoco ha sido así.

"Violencia"

Puigdemont ha augurado que, si su Govern hubiera proseguido con la implementación de la República catalana, hubiera habido una "segunda ola de violencia" por parte del Estado después de las cargas del 1 de octubre, y ha afirmado que su Ejecutivo se oponía a este escenario.

Sobre su comparecencia ante el juez belga el viernes para que decida sobre su posible extradición, Puigdemont ha señalado la "profesionalidad y la independencia" de la justicia de este país --a diferencia de la española, en su opinión--, y ha recordado que cualquier decisión que tome podrá ser recurrida.

El presidente destituido también ha señalado que la aplicación del artículo 155 no es legal, y ha asegurado que, tras someterse a la justicia belga, confía en que algún día podrá volver a su casa "con normalidad" ya que considera que no ha infringido ninguna ley.

Críticas al Rey

Puigdemont ha criticado el Rey por el discurso que hizo el 3 de octubre tras el referéndum ilegal en Cataluña, y ha asegurado que el monarca adoptó la posición del PP cuando, a su juicio, debería haber sido neutral: "Ha decepcionado a mucha gente de dentro y de fuera del Estado".

En ese sentido, ha pronosticado que la posición del Rey tendrá consecuencias a la larga pero también a corto plazo, como por ejemplo que los catalanes se han alejado de él: "Ha dejado de ser el Rey de la mayoría de los catalanes pese a que le continuamos pagando generosamente".

Lista unitaria

Puigdemont ha dicho sentir "decepción" por que los independentistas no hayan podido cerrar una lista unitaria de cara a las elecciones del 21 de diciembre, pero ha evitado reprocharles nada, y ha asegurado que liderará Junts per Catalunya en una candidatura con numerosos independientes.

Ha defendido que el "Govern que está en la cárcel --y el que está en Bruselas-- es el Govern legítimo de Cataluña y tiene que continuar siéndolo", aunque ha precisado que no tiene que volver forzosamente a ser presidente de la Generalitat si su lista no es la más votada entre las candidaturas secesionistas.

Si gana un partido independentista las elecciones que no es el suyo, como por ejemplo ERC --como algunas encuestas apuntan--, ha asegurado que los republicanos tendrían el derecho de proponer el candidato a la Generalitat que consideren oportuno: "Por descontado. Solo faltaría".

Ha exigido que el Gobierno central se comprometa a que las elecciones del 21 de diciembre se celebren con total normalidad, y ha advertido de que sería una "anomalía democrática" que, si ganan ciertas opciones, los vencedores no pudiesen tomar posesión del cargo porque están o en Bruselas o en la cárcel.

Santi Vila y Espadaler

Sobre la dimisión del conseller Santi Vila por estar en descuerdo sobre declarar la República desde el Parlament, ha asegurado que respetaba la decisión, pero le ha reprochado que esta posición es la "contraria" a la que se había comprometido con el resto del Govern.

También ha criticado el fichaje del exdirigente de Unió Ramon Espadaler por el PSC, asegurando que hay algunos políticos que se alían con formaciones que priorizan "la unidad de España al progreso social", en alusión al partido que lidera Miquel Iceta.

Puigdemont ha explicado que, cuando contempló renunciar a la declaración unilateral de independencia y convocar elecciones, pidió al Estado que aceptara ciertas condiciones que este no quiso, como pedir la retirar del dispositivo especial de Policía Nacional y Guardia Civil, no aplicar el 155 y que no hubiera gente relacionada con el proceso soberanista en la cárcel.