Los miembros de la Mesa del Parlament aprovecharon bien el último turno de palabra ante el juez del Tribunal Supremo Pablo Llarena para tratar de evitar la cárcel preventiva, acusados como están de facilitar la declaración de independencia.

De todos ellos, quien más perjudicada salió fue la presidenta de la Cámara catalana, Carme Forcadell, que sí durmió una noche en Alcalá Meco, de donde salió la mañana siguiente después de que la ANC pagase su fianza, de 150.000 euros. Ello, tras acatar ante el magistrado el 155 y deslizar que la DUI fue simbólica.

Ahora, la secretaria tercera de la Mesa, Anna Simó (que junto a Lluís Corominas, Lluís Guinó y Ramona Barrufet ha tenido que pagar una fianza de 25.000 euros --100.000 euros en total también aportados por la ANC--), ha desvelado el contenido de su última aclaración ante el juez del Supremo: "Señoría, en la próxima legislatura la vía unilateral es imposible".

Diálogo

Simó, en su intervención, se reafirmó en todo lo que había dicho y que quería colaborar en el juicio, aportando su punto de vista, pero que lo quería hacer "en libertad" para cuidar de su hijo y de su familia.

La miembro de la Mesa ha añadido en Nació Digital que la única vía posible es el diálogo con el Estado y la Unión Europea.