¿Activistas amateur o grupos organizados? Los cuerpos policiales que participaron en el operativo de seguridad habilitado el pasado 8 de noviembre con motivo de la huelga de país creen que los llamados comités de defensa de la república (CDR) formaban parte de una red perfectamente organizada.
Dicho de otra manera, estos grupos podrían ser calificados de “banda organizada”, según se desprende de las investigaciones realizadas. Fuentes policiales han explicado a Crónica Global que el despliegue de esos CDR en todo el territorio catalán “no tenía nada de improvisado y funcionan con técnica de guerrilla”, por lo que los presuntos delitos que se deriven de las pesquisas podrían acabar en la Audiencia Nacional, que es la instancia judicial que tiene competencias para investigar delitos de especial relieve. Formar parte de una banda organizada para delinquir supone una agravante a efectos penales.
Los encarcelamientos preventivos
Como se recordará, la Audiencia Nacional ordenó la encarcelación de los presidentes de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, respectivamente, por sedición y rebelión, en relación al acoso a la consejería de Economía que tuvo lugar el 20 de septiembre. Asimismo, esta instancia judicial envió a la prisión de forma preventiva al exvicepresidente Oriol Junqueras y a siete exconsejeros por los mismos delitos, además de la infracción de malversación.
Los agentes identificaron durante esa jornada de paro, convocada a modo de protesta precisamente por esos encarcelamientos --hubo poca reivindicación laboral y mucha consigna independentista--, a más de 260 personas que, siguiendo instrucciones de los CDR, colapsaron carreteras y las estaciones de ferrocarril. Llegaron incluso a cortar la línea del AVE. No obstante, el seguimiento de la huelga fue escaso en la mayoría de sectores, excepto en la enseñanza, con un 31% de incidencia.
Se calcula que en toda Cataluña operan 230 CDR, que nacieron para plantar cara a los efectivos policiales en el referéndum del 1 de octubre (entonces se llamaban comités de defensa del referéndum) y que están vinculados a las juventudes de ERC y la CUP. Pretenden simbolizar el poder del pueblo organizado y defienden la movilización permanente.