El primer ministro de Bélgica, Charles Michel, ha impedido este martes que el expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, hiciera su declaración institucional anunciada para las 12.30 horas desde una sala de un edificio del Gobierno de ese país. Así lo habían intentado los miembros del destituido Ejecutivo catalán, un gesto que ha provocado nuevas disensiones en la frágil coalición que mantienen los liberales y los independentistas flamencos.
Finalmente la comparecencia tendrá lugar en el Brussels Press Club, tal y como han anunciado desde el entorno de Puigdemont.
Primera opción del expresidente
La opción inicial era convocarla en el Residencie Palace, un espacio público que el Gobierno belga reconvirtió en un centro internacional de prensa donde tienen la sede las corresponsalías de varios medios europeos y se alquilan salas para actos privados. Dos responsables del partido paneuropeo al que pertenece ERC, el European Free Alliance, se habían presentado allí a primera hora de la mañana, tal y como ha avanzado La Vanguardia.
Tras filtrarse que ese era el lugar elegido para que Puigdemont hiciera su declaración pública, la oficina del presidente habría actuado. Han comunicado que debían buscar otro espacio, algo que han acatado los acompañantes del exlíder catalán.
Tensión en el Gobierno belga
El viaje a Bélgica de Puigdemont junto a los consellers de ERC Toni Comín (Salud), Dolors Bassa (Trabajo) y Meritxell Serret (Agricultura) y los del PDeCAT Joaquim Forn (Interior) y Meritxell Borràs (Gobernació) ha tensionado las relaciones políticas en el país. La coalición electoral es frágil y existe preocupación por los efectos que este asunto pueden generar.
Además, el abogado belga que asesora al expresidente de la Generalitat ha asegurado a la agencia EFE que “no es tan fácil” que consiga protección en el país, si llega a solicitar el asilo político con el que se ha especulado. Sobre este extremo, el letrado ha manifestado que “no ha tomado una decisión por el momento”.