Si solo con el anuncio de la declaración de independencia se ha producido una fuga masiva de empresas, ¿qué puede ocurrir si, finalmente, se proclama? Académicos y organizaciones empresariales advierten de que si se prolonga la situación de inseguridad jurídica y de inestabilidad política, el tejido empresarial se puede resentir. A la espera de los efectos que tenga la aplicación del artículo 155, la situación económica en Cataluña comienza a deteriorarse.
Lo denuncia la diputada y responsable de asuntos económicos del PSC, Alícia Romero, quien ha vuelto a pedir la comparecencia del vicepresidente económico, Oriol Junqueras, para que dé explicaciones al respecto. Ya lo hizo el pasado 5 de octubre, pero el bloqueo independentista ha salvado a Junqueras de comparecer en el Parlamento catalán. Romero solicita ahora que el número dos del Ejecutivo de Carles Puigdemont acuda a la Cámara catalana junto al consejero de Empresa de la Generalitat, Santi Vila. Y estos son algunos de los asuntos a los que, según el PSC, debería dar Junqueras:
-La fuga masiva de pequeñas y medianas empresas. Más de 1.300 pymes han cambiado de sede social. Si la decisión no es temporal, según avisan académicos y organizaciones empresariales, Cataluña puede sufrir una importante pérdidas de su tejido financiero, empresarial y productivo que incluso puede afectar al conjunto de España.
-El éxodo de una cuarentena de grandes compañías. Además de las pymes, grandes firmas como Bimbo, Planeta, Pastas Gallo, Cellnex o Abertis han decidido trasladar su sedes. Entre ellas hay compañías que cotizan por valor de más de 80.000 millones de euros.
-La bajada del índice de confianza empresarial. Se trata de un baremo que realiza el INE, replicados por Idescat, que apunta a un descenso del 2,2% en el último trimestre.
-El adiós de las entidades financieras. La semana posterior al día del referéndum, Banc Sabadell y CaixaBank habían perdido en conjunto casi 3.000 millones de euros en bolsa en solo tres días. Unas pérdidas combinadas con la fuga de depósitos que también se intensificó.
-Los avisos de las agencias de calificación. Durante las semanas previas al pleno del Parlament del 10 de octubre, en el que se suspendió la autonomía, las diversas agencias advirtieron de las incertidumbres que el conflicto político estaba generando.
-La fuga de aseguradoras. Catalana de Occidente, VidaCaixa o SegurCaixa han trasladado su sede social, lo que provoca un debilitamiento de un sector muy arraigado en Cataluña. Además, que SegurCaixa ha retirado su poliza al Parlamento de Cataluña y a la Generalitat.
-La ralentización en inversiones y turismo. A la espera de conocer el desenlace de la situación política, la inversión (real) y consumo (demanda turística) se están moderando.
-El descenso en la creación de empresas. La creación de empresas en Cataluña acumuló en agosto un trimestre de caídas, una tendencia que se puede incrementar si se mantiene la situación de incertidumbre política y jurídica.