El Gobierno considera que el próximo sábado tan solo cesará al presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, al vicepresidente, Oriol Junqueras, y al resto de consejeros catalanes. La intención del Ejecutivo es que los 180 altos cargos del Govern y las decenas de responsables de las empresas públicas sigan en sus puestos para que lleven la gestión ordinaria de la Administración autonómica.
Es la primera intención, pero si los altos cargos se niegan a acatar la legalidad, el Gobierno también tiene previsto su cese en el Consejo de Ministros.
No será fácil que el Ejecutivo central cumpla sus deseos de que las destituciones empiecen y terminen con los miembros del Govern y su personal de máxima confianza. “Se cambian personas no políticas”, explican fuentes gubernamentales, que confían en que haya un relevo natural en los puestos de dirección de la Administración catalana. La idea es que a los consejeros les sustituya el segundo o el tercero de cada departamento.
Planes de Rajoy
Según el esquema ideal planteado por Mariano Rajoy a sus ministros, una vez que se apruebe en el Senado el plan para relevar al Govern, las labores en la Administración de Cataluña no deben pararse.
Además de que los hospitales sigan con su funcionamiento, que se atiendan los servicios sociales y que se desarrollen juicios en los juzgados con total normalidad, se cita al Departamento de Educación como muestra de lo que se continuará haciendo. “No se darán más clases en castellano en los colegios ni se estudiará historia con otros contenidos”, según explican las fuentes consultadas por El País.
La instrucción de Rajoy es que el proceso sea lo más breve posible hasta que lleguen las elecciones autonómicas y que el nuevo Gobierno tome posesión de acuerdo con la mayoría que consiga dentro del orden constitucional. Como señalan fuentes de la Moncloa “ni hay tiempo ni intención de llevar cambios adelante más allá de que se produzcan ilegalidades como ha sucedido con el Gobierno catalán y sus socios”.
No hay intención tampoco de que funcionarios de la Administración central releven a las autoridades catalanas. Los ministros de Rajoy tienen relaciones cordiales con algunos altos cargos de la Generalitat, con los que no han dejado de hablar en medio del conflicto.
Desde el Ejecutivo central tienen claro que después de la destitución de Puigdemont y del resto del Govern, puede haber impacto emocional porque “algunos sentirán la responsabilidad de sustituir a los consejeros que les han nombrado”, señala como hipótesis un ministro de Rajoy.
202.383 trabajadores
La Generalitat cuenta con 202.383 trabajadores. De ellos, 180 son altos cargos y 33, altos directivos. En todo caso, sus puestos de trabajo pasarán a disposición del Gobierno. También lo harán los 12.552 trabajadores laborales temporales que reconoce tener el Govern. “Todos ellos seguirán en sus puestos de trabajo salvo que trabajen por la independencia de Cataluña”, señalan fuentes del Gobierno.
El Gobierno intervendrá el embrión de la Agencia Tributaria y estará muy encima del Centro de Telecomunicaciones y Tecnologías. También se intensificará el control sobre el mando de los Mossos d’Esquadra y se observará con atención la consejería de Asuntos Exteriores.