El nacionalismo catalán mira a Eslovenia, pero también Eslovenia observa con interés lo que sucede en Cataluña. Más allá de las diferencias insalvables --una guerra en el corazón de Europa y 76 muertos--, diversas personalidades de esta República de la antigua Yugoslavia empiezan a pronunciarse sobre el referéndum del 1 de octubre, la respuesta policial y la situación de inestabilidad política que se vive en Cataluña.
Este martes, Matevž Krivicn, ex magistrado del Tribunal Constitucional esloveno escribía en el principal diario del país, Delo, un artículo sobre las diferencias entre ambos procesos. Una de las que destacaba era que "entre los contrarios a la independencia no hay solo españoles que viven en Cataluña sino también catalanes". A esta misma conclusión llega el que fuera, de 1993 a 1997, el primer embajador en España de la República de Eslovenia tras su independencia, Franco Juri, cuando expone que la "vía eslovena" contaba con "el apoyo mayoritario" de su población. Tras su paso por la embajada, Juri fue secretario de estado de Exteriores (1998-2000) y dos veces diputado en el Parlamento esloveno.
--La independencia de Eslovenia se consiguió tras una guerra y casi un centenar de fallecidos. En Cataluña hay democracia. Más allá de esta diferencia, ¿se puede hacer algún paralelismo?
Siempre se pueden encontrar paralelismos en los procesos de independencia de pueblos que nunca en la historia pudieron tener su propio Estado nacional, pero también se pueden notar muchas diferencias. La primera entre Eslovenia y Cataluña es bastante curiosa y casi paradójica. En la Yugoslavia no democrática, los eslovenos pudieron organizar en 1990 un referéndum independentista y votar sin ningún problema. La intervención militar federal, algo chapuzas, se produjo cuando Eslovenia, tras la declaración de independencia el 25 junio de 1991, quiso tomar el control de las fronteras estatales. Hubo resistencia y conflicto armado con 76 muertos, de éstos, 52 soldados del ejército federal.
--¿Qué opina sobre la intervención policial durante el referéndum del 1 de octubre?
En la España democrática, me consta que el 1 de octubre la Policía Nacional y la Guardia Civil intervinieron en Cataluña con una paliza bien documentada para impedir el referéndum. El intento de parar la independencia eslovena con los tanques fue considerado una ofensa muy grave por los eslovenos. Imagino que también los catalanes que han sufrido la intervención policial la perciben como una grave ofensa. Hay que reflexionar sobre las consecuencias.
--El Gobierno catalán pone de ejemplo la "vía eslovena" para la independencia de Cataluña. Pero los aspectos jurídicos eran muy diferentes, ¿no?
Espero que no haya una "vía eslovena" por completo. Pues, al fin y al cabo, fue un proceso que también generó violencia y enfrentamientos militares. Y sí, había una situación constitucional y jurídica bastante distinta de la española y catalana; Eslovenia era una de las repúblicas que integraban la Federación yugoslava. Tenía hasta su propia Constitución, que en 1989 fue modificada en sentido democrático y pluralista, y claramente no era conforme con la Constitución federal, que de todas formas también contemplaba el derecho a la autodeterminación de los pueblos.
Eslovenia fue de alguna manera empujada hacia el separatismo por la política cada día más agresiva y centralizadora de Milošević
Eslovenia fue de alguna manera empujada hacia el separatismo por la política, cada día más agresiva y centralizadora de Belgrado y de Slobodan Milošević. Fue una salida in extremis. Y no hay que olvidar que Europa y Estados Unidos, a pesar de estos matices, se oponían a la independencia eslovena.
--Cuando se aplicó la "vía eslovena" el Gobierno ya controlaba todos los puestos clave de poder. ¿Cuánto tardó en aplicarse la independencia tras la suspensión?
Eslovenia, gracias a la postura pragmática y moderada del presidente Milan Kučan, congeló, a petición de la Unión Europea, su independencia tras los enfrentamientos con el Ejército federal por un periodo de seis meses ofreciendo una oportunidad a la diplomacia y a la mediación europea. Lamentablemente tuvo que haber muertos antes de que la diplomacia europea entendiera lo que estaba pasando en el país balcánico. La negociación se concretó en la reunión mediadora en Brioni. Eslovenia luego aceleró su separación cuando el líder serbio Milošević desató una guerra en Croacia y Bosnia.
--¿Le parece una comparación adecuada con el caso catalán?
En Eslovenia el anhelo independentista era de una mayoría aplastante, por la inestabilidad desatada en Yugoslavia por Milošević. Esto se vió en el referéndum, al cual acudió el 88,5% de los ciudadanos eslovenos con derecho de voto. Casi el 95% votó que sí. Pero hay que recordar que el referéndum se pudo hacer en paz y con plena transparencia. Un referéndum así necesita de un acuerdo, como en el caso de Quebec y Escocia, o de un respaldo muy mayoritario como en el caso esloveno. Y hay que garantizar todas la condiciones democráticas y de transparencia.
En Eslovenia el anhelo independentista era de una mayoría aplastante
--El Gobierno español podría aplicar el artículo 155 de la Constitución para suspender la autonomía. Europa pide "diálogo dentro de la legalidad". ¿Usted cómo lo ve?
Como ciudadano europeo, disvinculado de la diplomacia y que le tiene un cariño especial a toda España y a Cataluña, estoy convencido de que los derechos humanos no son asuntos internos de nadie. Les aconsejería a todos hablar, hablar y hablar, como sugieren Joan Manuel Serrat y los de la iniciativa Parlem/Hablemos.
Creo que Puigdemont, al fin y al cabo, no tiene otra salida que la de abogar por una solución acordada y el Gobierno español tendría que tomarlo en cuenta y dejar la vía estrictamente jurídica y represiva, ya que queda claro que se trata de un problema político.
--¿Cuáles pueden ser las consecuencias de la vía tomada por el Gobierno?
La represión policial contra ciudadanos que quieren votar en un referéndum, aunque no reconocido, y las amenazas con cancelar la autonomía, recuerdan a un triste pasado y no encajan con la cultura política democrática que queremos para Europa. Las imágenes del 1-O nos chocaron a todos. Ha sido una pésima imagen de España que la opinion pública en Eslovenia y también en Europa ha asociado al Franquismo. Ojalá Madrid y Barcelona encuentren la forma de hablarse y estar unidos sin violencia y represión.
--¿Una sugerencia?
¿Una sugerencia? Creo haberla percibido en la primera parte del discurso de Puidgemont: el Estatut que hace siete años fue frustrado por los jueces del Tribunal Constitucional y bajo la presión política del PP. Aquella era la vía, una autonomía de corte vasco y navarro, además avalada en los dos parlamentos y por un referéndum legal. Pienso que la política de Madrid tendría que rehabilitar y ofrecer en la mesa negociadora aquella solución, que además fue el resultado de una negociación socialista, haciendo posible que la misma Constitución se reforme, se adapte a la realidad de hoy y reconozca claramente la identidad nacional de los catalanes.