Los Mossos d'Esquadra, rotos
La crisis política provoca una grieta en la policía autonómica insalvable para Trapero
5 octubre, 2017 00:00El primero de los objetivos del mayor de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluís Trapero, cuando tomó posesión de su cargo fue dotar de cohesión interna a un cuerpo policial desmembrado, cuyos miembros parecían adscritos a familias enfrentadas, y fuertemente politizado. Ese deseo prioritario lo explicitó en sus discursos de toma de posesión y así lo trasladó, también, a su buró de asesores de máxima confianza.
Aquel objetivo no se ha cumplido.
Grieta total
“Los Mossos están rotos. Divididos en dos partes antagónicas: una, la que podría situarse entre aquellos que están más apegados a la ley y la Constitución (y donde se encuentran los expolicías y exguardiaciviles que se han pasado a la policía autonómica) y, por otro lado, los mossos considerados abiertamente independentistas. La cosa va de mitad y mitad”.
Varios 'mossos d'esquadra' delante de un supermercado Mercadona
De esta forma se manifiesta en declaraciones a este medio, un veterano cabo de los Mossos, adscrito a la unidades de seguridad ciudadana de Barcelona y con contacto habitual con sus homólogos en distintas comisarías de la provincia.
Broncas internas
“Ayer vi como el sargento de guardia retiraba una estelada que alguien había colocado en una de las sillas de la sala de reuniones del ABP que visité. Cuando el sargento acabó su turno, la bandera independentista volvió a aquella silla”, explica como ejemplo de la conducta militante de algunos de los miembros policiales.
Los grupos y foros en las redes sociales empiezan a ser también lugar de encuentro (o mejor dicho, de choque) entre sensibilidades políticas dispares y aparentemente irreconciliables entre compañeros de una misma unidad o comisaría. “La mitad del cuerpo está con Trapero, y la mitad en contra de él. Unos defienden la proporcionalidad esgrimida por el mayor y otros, sin embargo, le acusan de servilismos al Gobierno imputado de la Generalitat”.
Mal ambiente
Estas desavenencias no están afectando, de momento, al servicio público que la policía de Cataluña está ofreciendo al ciudadano. Pero el clima resulta fuertemente enrarecido y, desde luego, no es el más adecuando para la necesaria armonía profesional con la que se debe acometer la tarea de protección de los ciudadanos.
La crisis política y su vertiente de afectación policial han superado la figura de Trapero. El desconcierto es absoluto. El ambiente, proclive para arengas extremas o para la fabricación de bulos interesados por cualquiera de las dos partes en contienda. La fractura en dos de Cataluña se evidencia en los Mossos y las posturas se enconan. “Algunos compañeros han brindado cuando se han enterado de la imputación del mayor”, ha dicho este veterano policía. ¿Cuántos mossos querrán hacer leña de ese árbol caído al que se asía el mayor?