La alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, ha decidido aplazar los plenos previstos para esta semana tanto en el ayuntamiento como en el Área Metropolitana (AMB). Ha asumido como propias las peticiones que le habían hecho al respecto tanto ERC como el PDeCAT para suspender las sesiones convocadas por la “situación excepcional que vive el país”, tal y como han reivindicado las dos fuerzas que conforman JxSí en la Generalitat y que también cuentan con el apoyo de la CUP.

Le ha hecho el juego a los partidos soberanistas en el momento en el que le pusieron la petición delante. Primero, en la organización supramunicipal. Se celebraron las sesiones informativas del jueves para incluir en el orden del día la aprobación de un código ético y de conducta para los altos cargos del AMB y sus entidades vinculadas o el consentimiento para otorgar 10.000 euros anuales a la Fundación Carles Pi i Sunyer de Estudios Autonómicos y Locales, de Jaume Magre y Francesc Vilanova Vila-Abadal, para sus gastos de funcionamiento, entre otras cuestiones.

Pero el debate con los grupos que conforman la institución para su aprobación definitiva no tendrá lugar finalmente este martes, 26 de septiembre. BComú, el partido liderado por la alcaldesa, ha promovido su prórroga hasta el 5 de octubre.

Sesiones informativas sin independentistas

Algo muy parecido a lo que ha pasado en el consistorio de la capital catalana. El equipo de gobierno mantuvo las sesiones informativas a pesar de que PDeCAT, ERC y la CUP se levantaron de las mismas para exigir que se parase la actividad institucional de Cataluña, tal y como se pedía desde el Gobierno catalán. Se avanzó con normalidad la preparación de la sesión hasta que el viernes a media mañana el grupo municipal encabezado por Alfred Bosch primero y el liderado por Xavier Trias después formalizaron su petición.

Colau convocó a la junta de portavoces al mediodía y se acordó por mayoría el aplazamiento. Sólo PP y Ciudadanos votaron en contra de la iniciativa, ya que el PSC, socio de legislatura de BComú, se abstuvo en la votación a pesar de expresar que prefería mantener la sesión plenaria prevista para el 29 de octubre.

Debate después del 1-O

Los portavoces municipales justifican la decisión para favorecer el clima de un “debate cómodo” de todas las cuestiones que se tengan que poner sobre la mesa una vez haya pasado el día 1 de octubre, fecha en la que Carles Puigdemont y Oriol Junqueras insisten en que se celebrará el referéndum.

Mantienen que al mover la convocatoria una semana se sosiega el diálogo entre los partidos municipales más allá del procés y que aún se podrán aprobar todas las cuestiones, incluso las urgentes, sin tener que sufrir por el calendario. Aunque sus contrarios critican el nuevo movimiento político de la alcaldesa y aseguran que su única finalidad es intentar sacar rédito electoral de la situación.

Consideran que la tensión derivada del conflicto político en Cataluña no se disipará en tan sólo siete días. Por lo que los verdaderos intereses de Colau al bailarle el agua a las fuerzas independentistas irían en otro sentido.