Sorprendidos. Los dirigentes de ERC admiten que no se esperaban la beligerancia exhibida por el presidente, Carles Puigdemont, verbalizada en sus últimos discursos y demostrada de facto en lo que respecta al referéndum del 1 de octubre a toda costa. Mientras los republicanos ya trabajaban en un escenario poselectoral, convencidos de que el dirigente del PDeCAT no aguantaría la presión, lo cierto es que el exalcalde de Girona sigue adelante, en contra incluso del parecer de sectores de su propio partido.
Mientras Puigdemont no tiene intención de seguir en la primera línea política, ERC quiere mantener a Oriol Junqueras como cabeza de cartel. La amenaza de una inhabilitación judicial por coorganizar el referéndum podría truncar esos planes si Puigdemont pospone el adelanto electoral. Y todo indica que no habrá comicios catalanes antes de enero.
El nicho electoral del PDeCAT
“PDeCAT está hundido, pero su nicho electoral, catalanista y de derechas, existe, está ahí”, advierten fuentes republicanas, temerosas de un posible rearme durante los meses que sucederán al 1-O. Estas fuentes subrayan la administración de los tempos electorales, pues el cerco judicial y la acción del Gobierno español están movilizando a las bases independentistas, pero también a las de PP y Ciudadanos.
La formación naranja se nutre habitualmente de la fuga de votos del PSC, cuya sangría suele beneficiar a los comunes. Sin embargo, el perfil poco conocido de Xavier Domènech y la incógnita sobre los efectos electorales que puede tener la complicada equidistancia de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, puede complicar esa gran alianza de la izquierda en la que trabajan algunos sectores de ERC. “Muchos queremos cambiar el statu quo y no tener que volver a pactar con PDeCAT”, afirman los republicanos.
También reconocen que la operación Rufián –alusiva al diputado en el Congreso Gabriel Rufián, castellanohablante y de origen inmigrante-- no ha tenido los resultados esperados. Y que el área metropolitana de Barcelona se les sigue resistiendo. Tal como publicó Crónica Global, ERC calcula que es necesario ganar 400.000 votos nuevos para salir reforzados de unas elecciones cuya convocatoria depende de la decisión del presidente de la Generalitat.