La apuesta definitiva del secesionismo catalán por lograr su objetivo final al margen de la ley cuenta, entre sus impulsores, con un nombre propio desconocido para el gran público pero con un peso específico superlativo entre las élites independentistas: Oriol Soler Castanys (Ripollet, 1969).
Soler es uno de los principales cerebros en la sombra que han trazado --y siguen haciéndolo-- la hoja de ruta de la ruptura. Un camino hacia lo desconocido que ejecuta sin titubeos el Gobierno de la Generalitat, con Carles Puigdemont y Oriol Junqueras como cabezas más visibles.
Oriol Soler es un empresario de largo recorrido en el ámbito de los medios de comunicación. Presidente de la cooperativa editorial SOM --antes Grup Cultura 03--, fue uno de los fundadores del diario nacionalista Ara, aventura que abandonó en 2012, meses después de su lanzamiento. Cercano a ERC --condición que él niega rotundamente--, sus numerosos proyectos empresariales han recibido generosas subvenciones, publicidad institucional y adjudicaciones de la Generalitat.
Gran estratega y negociador
Los que le conocen califican a Soler de gran estratega y negociador --capaz de construir consensos entre los sectores más dispares del independentismo--, y le consideran un personaje fundamental en la radicalización experimentada por los dos grandes partidos nacionalistas --PDeCAT (antes CDC) y ERC-- en los últimos años. "Es un conspirador nato, pero siempre se protege ante los problemas que pudieran aparecer", dice un antiguo colaborador suyo.
De hecho, en 2014 Soler lideró la campaña Ara és l’hora (Ahora es la hora) --con la que la ANC y Òmnium Cultural promovieron la consulta independentista del 9N--. Después dirigió la campaña de Junts pel Sí para las elecciones autonómicas del 27 de septiembre de 2015. Y fuentes conocedoras de las negociaciones le atribuyen un papel fundamental en el acuerdo in extremis que en enero de 2016 alcanzaron JxSí y la CUP --una expareja de Soler fue diputada de la formación antisistema-- para evitar unas nuevas elecciones; un pacto que situó a Puigdemont al frente de la Generalitat y a Mas en “la papelera de la historia”.
Pieza clave del sanedrín del ‘procés’
Además, Soler forma parte del denominado sanedrín que pilota el procés. Una suerte de consejo asesor no oficial del Govern compuesto por pesos pesados de la política --presente y pasada-- y del activismo, que se encarga de trazar y coordinar las líneas de actuación para organizar el referéndum secesionista ilegal del 1-O.
Ese alto mando estratégico no tiene una composición fija, pero los más habituales en las reuniones son, además de Puigdemont y Junqueras --y del propio Soler--, el ex presidente de la Generalitat Artur Mas; su ex mano derecha y ahora consultor empresarial David Madí; el portavoz del Govern, Jordi Turull; el ex consejero de la Presidencia Francesc Homs, Marta Pascal y David Bonvehí --por parte del PDeCAT--; Marta Rovira, Joan Puigcercós y Xavier Vendrell (ex miembro de Terra Lliure) --por parte de ERC--, y los presidentes de la ANC y Òmnium Cultural, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, respectivamente.
Interpelado por Crónica Global al respecto, Soler ha negado la existencia del sanedrín y ha asegurado que “hay más mito” que otra cosa en torno a este grupo de trabajo.
Lo cierto es que algunos miembros del Gobierno autonómico y altos cargos de la Generalitat lamentaban abiertamente la excesiva influencia de este contrapoder o, más bien, Gobierno paralelo de notables. Pero la purga de tibios ejecutada por Puigdemont de julio pasado --que se llevó por delante a Jordi Baiget, Jordi Jané, Neus Munté, Meritxell Ruiz, Meritxell Borràs, Albert Batlle, Maria Jesús Mier y Joan Vidal de Ciurana, entre otros-- acabó de raíz con los conatos de disidencia y le permitió acelerar el tren hacia la previsible colisión del 1-O, tal y como exigía el sanedrín.
Toque de atención a 'El Periódico'
En todo caso, el papel de Soler ha ido más allá del de mero coordinador estratégico para el referéndum ilegal. El pasado 17 de agosto, día del atentado terrorista de Las Ramblas, poco después de que El Periódico de Catalunya publicara que los servicios secretos estadounidenses habían alertado a los Mossos dos meses antes del riesgo de un ataque yihadista en esa céntrica vía barcelonesa, Soler llamó a un alto cargo del staff empresarial de Grupo Zeta (sociedad editora de El Periódico), al que presionó por haber difundido esa información. El señalado era el director del diario, Enric Hernàndez, a quien en otras ocasiones ha criticado públicamente por oponerse al procés.
Soler ha reconocido a Crónica Global que realizó esa llamada pero ha asegurado que no hubo ninguna actitud amenazadora en sus palabras, que fue una conversación amistosa con su interlocutor --con quien mantiene una “relación personal” desde hace años-- y que se limitó a trasladarle su malestar y su disconformidad con la información publicada.
"Organizador" de la cena Iglesias-Junqueras
Que Soler es un personaje fundamental del procés también lo demuestra su presencia en la cena secreta que el pasado 26 de agosto compartieron Pablo Iglesias y Oriol Junqueras --junto a otros dirigentes de los comunes y de ERC-- en casa del empresario Jaume Roures para acercar posiciones políticas.
El propio Soler ha reconocido a Crónica Global que, no solo asistió al encuentro, sino que fue el “organizador” del mismo, y se ha definido como “amigo” de Roures.
¿Recuperar el ‘Ara’?
Otras fuentes consultadas por este medio aseguran que Soler, bien a título personal o a través del SOM, ha mostrado interés en volver a formar parte del accionariado del grupo editor del diario Ara, del que salió en 2012. Una operación que tendría por objetivo reconducir la línea editorial del mismo desde las actuales posiciones cercanas al PDeCAT (con Esther Vera --ex jefa de comunicación del exconsejero de Economía de Mas, Andreu Mas-Colell-- como directora, y con Ferran Rodés, la Fundación Carulla y Víctor Font como principales accionistas) hacia otras más afines a ERC.
Hace una semana, Soler fue especialmente crítico con la decisión del Ara de cumplir con las órdenes de los tribunales y no aceptar publicidad institucional del referéndum independentista ilegal del 1-O. En una serie de tuits, Soler mostró su “decepción” por dicha decisión y advirtió de que “si el diario Ara no quiere traicionar las razones por las que nació y que han merecido el apoyo de sus lectores, debería rectificar”. El medio sufrió un boicot por parte del independentismo, que inició una campaña de retirada de suscripciones.
En cualquier caso, Soler también ha desmentido cualquier predisposición a retomar posiciones en el capital del Ara. Y ha defendido sus tuits como “una crítica constructiva”. “Siempre he tenido buena relación con el Ara y la sigo teniendo. Ara sigue siendo un proyecto completamente válido y útil”, ha declarado a Crónica Global.
Sea como fuere, la figura de Soler es una de las más influyentes en la deriva radical que los líderes del nacionalismo político catalán han adoptado en los últimos años y que les ha llevado a intentar la ruptura unilateral con el resto de España. Una deriva cuyas consecuencias --en forma de inhabilitaciones o de otras responsabilidades penales-- en ningún caso le alcanzarán.