Mariano Rajoy vino ayer a Barcelona para reiterar que no habrá referéndum de independencia. “Es su compromiso personal”, aseguran a Crónica Global fuentes de su partido. Es el todo o nada. El líder del PP se juega su futuro político el 1-O.
El contundente discurso pronunciado ante la plana mayor del PP catalán se produce dos semanas antes de la fecha señalada para golpear, según Rajoy, un Estado de Derecho que, advierte, tiene mecanismos muy fuertes para defenderse. Y los está aplicando. El acoso judicial sobre la logística del referéndum no ha hecho más que empezar y podría prolongarse hasta el mismo 1-O. “Si hay que poner un guardia civil en cada colegio, se pone”, afirman estas fuentes. El objetivo es muy claro: que ese día no se produzca una votación organizada por la Generalitat. Los canales de interlocución entre el Ejecutivo español y el catalán están hoy por hoy cortocircuitados. Negociar ya no es una opción.
Por el contrario, el mandatario dice contar con la lealtad de PSOE y Ciudadanos —a los que informó del ultimátum sobre la intervención financiera de la Generalitat efectuado por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro— y con la imagen de unidad y contundencia que la oposición dio en el Pleno del Parlament donde se aprobaron las leyes de ruptura.
Interceptar el censo
Volviendo a la cuenta atrás del referéndum, interceptar el censo, imprescindible para que la votación tenga un mínimo de legitimidad, es el gran objetivo de estos próximos días. “No habrá un nuevo 9N”, precisa el entorno del presidente. Es decir, que no se repetirá la consulta secesionista de 2014, ya que ésta pudo “venderse” como una votación legítima.
Las cosas han cambiado mucho en estos dos años y, según el Gobierno español, el desafío ha alcanzado cotas que, a juicio del sector más duro del PP, merecen una respuesta más radical. La presión sobre Rajoy es tremenda, confiesan las fuentes consultadas por este medio, pero ese “compromiso personal” de Rajoy pasa por no permitir el referéndum, evitando la tensión social y la provocación de los independentistas.
Admiten que será difícil y que puede haber altercados. Sin embargo, la Policía Nacional y la Guardia Civil están preparadas para ser desplegadas en Cataluña si los Mossos d’Esquadra se muestran tibios en el cumplimiento de las instrucciones dadas por la Fiscalía.
Lo que ocurra a partir del 2 de octubre está por ver. Lo que ahora preocupa y ocupa a Mariano Rajoy es impedir por todos los medios democráticos posibles que haya referéndum. Y como dijo en su discurso de ayer, si se sigue adelante con este plan secesionista, tendrán que dar un último paso: “Tendremos que llegar adonde no queríamos llegar”.