“Al Major Trapero no hace falta recordarle cuáles son sus obligaciones. Él ya las conoce, créame”. Así se ha manifestado, a preguntas de este medio, un portavoz a la jefatura de los Mossos d'Esquadra interpelado sobre el clima que presidio la reunión celebrada en la sede de la Fiscalía de Cataluña entre la cúpula del Ministerio Público y los jefes de la Guardia Civil, el Cuerpo Nacional de Policía (CNP) y la policía autonómica.
La reunión fue tensa. No porque en ella se vivieran momentos de discusión o de enfrentamiento institucional, sino por el clima político y mediático que se ha generado alrededor del papel de los Mossos d´Esquadra en relación con el referéndum y que ha subvertido la imagen policial.
Distinto ánimo
La reunión tuvo carácter operativo, nada habitual cuando se trata de una cumbre a tan alto nivel y con la fiscalía como anfitriona. Quizá por ello, por el papel preeminente, director y casi aleccionador de la fiscalía, el ánimo con el que los tres mandos policiales acudieron a la cita fue dispar y, en cualquier caso, poco proclive a la distensión.
Por ejemplo, el mayor José Luis Trapero entró en el edificio de la Fiscalía del Tribunal Superior a toda prisa, casi tapándose la cara, muy serio, se diría, incluso, que ostensiblemente enfadado y harto de ser el punto central de la diana mediática. Por su parte, en el otro extremo apareció en escena del general de la Guardia Civil, Ángel Gozalo, hombre extremadamente serio y parco que, sin embargo, regalaba una elocuente sonrisa a la prensa congregada frente a la fiscalía y mostraba un tricornio lustroso del que parecía alardear.
Mossos bajo la lupa
La cara y la cruz de la reunión: la Guardia Civil asistió, gustosa, a abrazar ese tipo de órdenes que le agrada recibir; en el otro vértice, Trapero, al que no le gusta recibir apremios, ni ser llamado a capítulo ni que nadie le recuerde sus obligaciones sin poder recriminárselo. El mayor sigue sin abrir la boca: “Nos damos por informados de las órdenes de la fiscalía, como lo deben de haber hecho la Guardia Civil y el Cuerpo Nacional de Policía”. Esas son palabras de mandos de los Mossos, que se sienten la cuerda de la que ambos bandos estiran en el marco del procés.