“Nada, de nada, el major no va a decir nada al respecto. Lleva mucho tiempo callado y no va hablar ahora. Sólo te diré que últimamente se están diciendo muchas tonterías al respecto”.
Así, con ese tono enigmático y a la vez tajante, se manifestaba una fuente próxima al major de la policía autonómica en reciente conversación con este medio en relación a Josep Lluís Trapero, mayor de los Mossos d'Esquadra y máxima autoridad uniformada del cuerpo policial autonómico. Nadie duda de que su papel en la crisis institucional que ha abierto el procés va a ser determinante.
El Constitucional le apunta
El Tribunal Constitucional le ha apuntado con el dedo. Le ha apercibido “a través de una comunicación directa” de que no puede desobedecer los mandatos de los tribunales ni la literalidad de la ley. Por lo tanto, o el alto tribunal duda de él (a qué viene, si no, ese recordatorio), o trata de escenificar una posición de fuerza y de control a costa de la figura del jefe de la policía autonómica.
Los fiscales y jueces, le defienden
Los fiscales y los jueces que han trabajado durante años al lado de Trapero, incluso los sindicatos que tanto le han criticado, no dudan en que al major de los Mossos no le hacen falta apercibimientos para saber cuál es su función como policía.
Sin embargo, inevitablemente, se suceden incógnitas derivadas de la propia coyuntura política que ha pervertido, sin duda, todos los ámbitos del poder público en Cataluña.
Dos discursos políticos
La sustitución de Jordi Jané por Joaquim Forn sólo se puede leer en clave de apuntalar y atar corto a los Mossos ante la tempestad política que iba a originar el 1-O y que les va a situar (les ha situado ya) en el centro de la diana.
Con Jané los Mossos detuvieron a la alcaldesa de Berga (militante de la CUP) por desobediencia, mientras que, en sentido contrario, a Joaquim Forn, aparte de verlo jubiloso, en primera fila de todos los actos tildados de desobediencia por parte del Constitucional y la fiscalía, se le recuerda fundamentalmente por una frase: “Los mossos garantizarán una votación en libertad”.
Delicada situación
Así están las cosas. Los acontecimientos situarán a cada cual en su lugar. Pero lo que nadie duda es que el mínimo atisbo de desobediencia a la ley, (tribunales, fiscalía, código penal y ordenamiento constitucional) por parte de los Mossos supondría rebasar una línea roja de impredecibles consecuencias por lo que respecta al clima de convivencia en Cataluña.
“A Trapero le respetaba mucho Jané y le respeta mucho Forn”, ha dicho esa fuente. Quizá eso ha de ser interpretado como un masaje tranquilizador.