Artur Mas, expresidente de la Generalitat, asegura que el referéndum anunciado para el 1-O sólo tendrá validez si la “participación es netamente superior a la del 9-N”. Es decir, a la consulta independentista celebrada en noviembre de 2014 en la que participaron 2,3 millones de personas, incluidos los menores de edad a partir de 16 años que en unos comicios habituales no podrían intervenir.
En todo momento ha evitado cifrar el tope mínimo, ni siquiera ha hecho una alusión clara a los 2,3 millones de votantes de 2014. Mas considera que establecer un mínimo de este tipo sería hacer un "gran favor a los que defienden boicotear” el referéndum, cuya ley de convocatoria aún está pendiente de tramitar.
Reclamación a la CUP
Asimismo, declara que si la votación no arroja un “resultado suficientemente claro” a favor de la independencia, los secesionistas “no impondrán” su plan de ruptura con España. La carpeta soberanista quedará aparcada “una buena temporada”, ha explicado en una entrevista este lunes en la cadena SER. De nuevo, sin determinar qué significa una conclusión contundente en la votación anunciada.
A los socios de legislatura de Junts pel Sí, la CUP, les ha reclamado que entiendan que un “proyecto tan grande como éste necesita mucha altura de miras, generosidad, empatía y un espíritu de suma muy grande”.
Referéndum sin apoyo exterior
Mas se ha mostrado confiado en que “mucha gente” irá a votar el 1-O y “ganará el sí” a la independencia. Se ha mostrado más pesimista en el apoyo exterior al procés. Pero esto se podría solucionar, según su relato, tras el referéndum.
Si el independentismo demuestra tener la “fuerza suficiente”, argumenta, “llegará un momento en que la gente fuera de España nos escuchará”. Por ello, reitera que la “clave es la movilización y la participación”.