El ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, ha anunciado este sábado que el dispositivo de la Guardia Civil "ya se ha puesto en marcha para reforzar las líneas de control" del aeropuerto de Barcelona, si se mantuviera la huelga indefinida de 24 horas prevista a partir de este lunes 14 de agosto.
De la Serna ha explicado que el Insituto Armado inició este viernes los preparativos y que ya está listo para operar en caso de ser necesario. Los efectivos de la Guardia Civil ya tienen asignadas sus posiciones y el ministro ha señalado que muchos de ellos "se están desplazando" al aeropuerto de El Prat, ya que proceden de otras comunidades.
Más agentes
El ministro cree que los policías destinados a este operativo serán suficientes. Aun así, el proceso será evaluado en los primeros días y, en el caso de que fueran insuficientes, "se reforzará en la medida que sea necesario" para que no se produzcan problemas de seguridad y de orden público.
Con este operativo puesto en marcha y preparado para tomar el control de los puestos de seguridad de El Prat, los trabajadores de Eulen tienen una última oportunidad para "votar de forma favorable a la mediación" y cambiar el rumbo de los acontecimientos en la asamblea que se celebrará mañana, domingo.
De la Serna ha declarado que confía en la responsabilidad de los trabajadores, pero que "el Gobierno nunca va a permitir que millones de españoles estén sujetos a decisiones y posturas intransigentes de unos pocos". El ministro augura mano dura a la hora de aplicar, en el marco de la legalidad, "lo que sea necesario" para garantizar la seguridad pública y el funcionamiento de una infraestructura estratégica para todo el país.
Denuncias de los sindicatos
Lejos de zanjar la polémica, de la Serna se ha mostrado "indignado" con la actitud de algunos sindicatos que han denunciado que no se había convocado a muchos trabajadores a la asamblea de este viernes, y que no se les había explicado el "jueguecito de la cajas" para votar que el comité de huelga se había "inventado".
Aun así, el ministro confía en que "otros sindicatos" puedan hacer "entrar en razón" al comité para "que establezca un sistema y que los trabajadores puedan aceptar unas condiciones que son favorables". Porque, según el ministro, "de otra manera ya no hay margen de negociación".