Son unos 500. Y —dicen— no están en contra del turista. Son los integrantes de la organización juvenil Arran, vinculada a la CUP, que en las últimas semanas han protagonizado actos violentos contra restaurantes, bicicletas y un bus turístico de Barcelona. Lo hicieron por el bien del conductor. “Por él… y por todos”.
La portavoz de los cachorros de la CUP, Mar Ampurdarnès, da la cara tras los últimos ataques. “No estamos en contra del turista que, en gran parte, es una persona de clase obrera que tiene dos semanas de descanso, toma un Ryanair y va donde le permite su salario...”. “Luchamos contra los lobbies”, justifica.
Un chalé
Ampurdanès tiene 21 años, vende billetes de autobús (pero no turístico) y vive en Font dels Enamorats, una exquisita urbanización apartada del núcleo de Caldes de Montbui (Barcelona), a tocar del campo de golf de la localidad y en un chalé con piscina.
Tras empezar a dar entrevistas públicas, Ampurdanès trató de esconder las fotos de la bonita propiedad con piscina junto al Golf de Caldes. No obstante, las redes sociales la han descubierto.
Cualquiera que sea su lugar de residencia, es de las pocas integrantes de Arran que muestra su rostro y no esconde su nombre. Ha hablado para El Mundo.
¿Qué le diría al conductor del autobús turístico atacado? “Le diría que lo hicimos por él, esperamos que tenga unas condiciones de trabajo mejores”. E insiste en que el acto fue “acertado”, ya que les preocupa más “una familia que no sabe si perderá su vivienda que un turista que se asuste” porque pintan un cristal.
Venezuela, ETA y Fidel Castro
Tampoco esconde las simpatías que les generan Venezuela y Fidel Castro “por lo que han hecho por la liberación de sus pueblos”, y la empatía con los presos de ETA: “Lo que queremos es la libertad de los presos políticos”.
Eso sí, no quiere saber nada de Jordi Pujol y se distancia de Carles Puigdemont.