Mariano Rajoy ha sorprendido a quienes le acusan de no responder al desafío independentista con medidas contundentes como la utilización del artículo 155 de la Constitución donde se contempla la posibilidad de suspender las competencias de una comunidad autónoma. La estrategia gubernamental pasa por hacer frente al reto que plantea la mayoría parlamentaria del Parlament sin caer en la provocación que supondría entrar en un proceso impredecible de acción-reacción.
El Gobierno ha estrechado el lazo del control de las finanzas de la Generalitat exigiendo que la certificación del gasto que hasta ahora era mensual pase a ser semanal. La comisión delegada de asuntos económicos presidida por el propio Rajoy decidió ayer incrementar la supervisión para evitar que el Govern destine recursos a la organización del referéndum que pretende convocar para el 1 de octubre.
Cumplir con los pagos
Luis de Guindos, titular de Economía, ha recordado que esas medidas no son nuevas y que el primer objetivo del Gobierno es asegurar que las comunidades autónomas cumplen sus compromisos de pagos. Otra cosa es que sus responsables cometan ilegalidades. La justicia ya está actuando en el caso de presuntos casos de malversación de fondos públicos si son utilizados en actos ilegales, a posteriori; y ahora el Gobierno trata de evitar a priori que se produzcan.
La airada respuesta del Govern, que ha considerado la medida como una intervención, responde no tanto a sus consecuencias reales, que están por ver, sino que apunta a la línea de flotación de la estrategia de Oriol Junqueras. Desde que tomó posesión de la vicepresidencia de la Generalitat y de la cartera de Economía, el político de ERC no ha cesado de trabajar en la creación de una imagen de gestor de la que carece un historiador como él. Y lo ha hecho reiterando hasta la saciedad que solo se dedica a gestionar, como reconocen los empresarios que saben que la Generalitat está paralizada desde hace más de un año, y eliminando el problema de los retrasos en los pagos a proveedores que habían amargado la vida a su antecesor en el cargo, Andreu Mas-Colell.
Un farol de Rajoy
El Fondo de Liquidez Autonómica (FLA) ha sido el elemento fundamental que le ha permitido romper aquella dinámica de retrasos. Desde 2012, la Generalitat ha recibido más de 63.000 millones de euros adelantados a coste cero, cuando no podría acudir a los mercados, y en caso de hacerlo tendría que soportar costes financieros muy elevados. En la primera mitad del año ha usado 3.600 millones. Cataluña y Valencia han consumido el 75% de los recursos del fondo.
Fuentes del departamento de Junqueras aseguran que la medida es un farol de Rajoy, que no se atreverá a cortar la financiación porque colapsaría la economía en su conjunto. ERC sigue convencida de que si incurre nuevamente en los retrasos a sus proveedores y a los funcionarios podrá echar la culpa a Madrid, aunque esa es una batalla que tendrá que ganar; una nueva batalla que le plantea el Gobierno en respuesta a las estrategias oscurantistas del Govern que juega a la sorpresa y a la ocultación de información para evitar que intervenga la justicia.
Menos independentistas
El pulso de Rajoy con el Gobierno de Puigdemont se ha dado justo el mismo día en el que el CIS catalán —Centro de Estudios de Opinión (CEO)— ha hecho públicos unos datos que dejan en evidencia a los independentistas, cuyo principal objetivo era ensanchar sus bases y ganar fuerza para encarar la recta final hacia el 1-O, y los datos han resultado ser un zarpazo para sus intenciones separatistas.
El referéndum unilateral solo consigue el apoyo de un 48% de los catalanes, lo que se traduce en que convence a la misma cantidad de votantes de la CUP y de Junts pel Sí, que consiguieron el 47,8% de los sufragios en las elecciones del pasado 27 de septiembre de 2015. Los detractores del movimiento independentista catalán han aumentado y se sitúan en el 49,4% de los catalanes, según el CEO. Los partidarios de que Cataluña se separe del resto de España alcanzan el 41,1%, tres puntos menos que el último estudio.
Así se dibuja el panorama en Cataluña a poco más de dos meses para la celebración del referéndum y después de un paso más del Gobierno central tras el cual el principal actor, Mariano Rajoy, ha recibido en la Moncloa a la tenista Garbiñe Muguruza, reciente ganadora del torneo de Wimbledon.