Que Neus Munté tenía los días contados como consejera de Presidencia era un secreto a voces en el Palau de la Generalitat. De hecho, hace varios meses puso su cargo a disposición Carles Puigdemont, cuando el Govern confirmó que el president se había reunido con Mariano Rajoy, horas después de que ella, en calidad de portavoz, lo negara. Munté volvió a quedar desautorizada la semana pasada, tras expresar el apoyo del Ejecutivo a Jordi Baiget poco antes de que fuera destituido.
Munté, la mujer que pudo reinar, pues su nombre llegó a sonar como presidenta de la Generalitat cuando la CUP pidió la cabeza de Artur Mas, será sustituida por Jordi Turull (Parets, 1966), mutado en los últimos meses en el parlamentario más radical de Junts pel Sí. Este diputado liberal, que siempre ha participado en las negociaciones entre JxS y la CUP, será el portavoz del Govern.
Sancionar a la oposición
De su radicalidad independentista es un ejemplo su propuesta de que los diputados de la oposición contrarios a la tramitación exprés de la ley de desconexión fueran sancionados.
Estaba llamado a ser el coordinador o secretario general de PDeCAT, pero Germà Gordó, hoy diputado adscrito por su implicación en el caso 3% sobre la financiación irregular de CDC, forzó su renuncia a cambio de no presentar candidatura alternativa en el traumático congreso de refundación convergente celebrado el pasado verano.
Licenciado en Derecho por la UAB, se afilió a las juventudes convergentes en 1983. Cuatro años después, era elegido concejal de Parets. Tras pasar por la Diputación de Barcelona, fue nombrado director general de Instituto Catalán del Voluntariado.
Ya como diputado, se convirtió en el azote del tripartito, denunciando los gastos superfluos en informes absurdos. En 2010, fue nombrado portavoz de CIU en el Parlamento de Cataluña y, tres años después, presidente del Grupo Parlamentario de de CiU. En las elecciones de 2015 fue reelegido diputado por Junts pel Sí y nombrado presidente del grupo parlamentario del bloque independentista.