En la plaza de Sant Pere de Berga (Barcelona) vuelve a lucir un gran contador. Cuelga de la fachada del ayuntamiento con una cuenta atrás para el 1 de octubre, el día en que se celebrará, supuestamente, el referéndum. El gobierno municipal de la CUP, con Montse Venturós al frente, ha decidido seguir los pasos de su predecesor en el cargo, un edil convergente.
Con una sutil diferencia: el exalcalde Juli Gendrau sometió a votación la iniciativa para la consulta y todos los partidos de la oposición votaron a favor, excepto el Partido Popular. El argumento que utilizó el dirigente de Convergència i Unió (CiU) entonces fue que se había cumplido con la voluntad de la mayoría del pueblo.
“Da que pensar”
Venturós, en cambio, no ha sometido la decisión a la opinión del pleno local. Ha desempolvado el mismo contador tres años después y ha puesto en marcha la cuenta atrás que recuerda a los ciudadanos y foráneos que pasen por allí que el próximo día histórico está al llegar. Un gesto que para el único partido que en su día votó en contra tiene mucho simbolismo.
“Que tengan que instalar un marcador por segunda vez ya me da que pensar”, ha dicho a Crónica Global el portavoz de los populares en Berga, Joan Antón López. Sostiene que algunos vecinos que viven en la plaza del ayuntamiento han sido sometidos a presiones por parte de la Assemblea Nacional Catalana (ANC).
En algunas fiestas del municipio, como la Patum, el grupo popular ha recibido quejas de los ciudadanos porque la entidad independentista “va puerta por puerta e intenta convencer a la gente de que cuelgue estelades en sus balcones”. Si no aceptan, pasan repetidamente por los domicilios hasta que acaban accediendo, al menos, a colgar una bandera de Cataluña, aunque no sea la independentista.
‘Ocho apellidos catalanes’
La escena recuerda a la película cómica Ocho apellidos catalanes, en la que un cartel gigante con el texto "Bienvenidos a la República de Cataluña" imperaba en la plaza principal del pueblo catalán en el que se rodó el filme, Monells (Girona). Los actores bailaban sardanas en pequeños grupos bajo un manto de estelades y banderolas de colores, con el objetivo de hacer creer a una de las protagonistas que Cataluña había conseguido la independencia.
En Berga también hay banderolas --colocadas por las asociaciones de vecinos con motivo de las fiestas de Sant Pere--, banderas independentistas, un contador y un mensaje: “Por democracia, votaremos”. Solo que, en esta ocasión, la realidad supera la ficción.