En bloque. Linchamiento político coral del independentismo a Catalunya en Comú (CeC), el partido que promueven la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, y el portavoz en el Congreso de En Comú Podem, Xavier Domènech, por descafeinar el 1-O.
Partidos, intelectuales y asociaciones de la constelación soberanista han cargado sin piedad contra la confluencia de izquierdas por dejar solos a PDeCAT, ERC y CUP con la convocatoria de referéndum de octubre.
El sábado, los comuns decidieron participar en la consulta de octubre "como movilización". Detectaron que la cita electoral "carece de garantías", por lo que no es "el referéndum que Cataluña necesita". Asimismo, valoraron que el 1-O puede servir "para el aterrizaje de la hoja de ruta de Junts pel Sí".
De "decepción" a "traidores"
Apenas un día después de la decisión de la coordinadora general de CeC reunida en Terrassa, postura que, por cierto, avaló el 86% de los delegados en el cónclave, ha llegado la dura reacción independentista.
Decenas de perfiles de Twitter (y no anónimos ni con pocos seguidores) han tildado el espacio de Colau y Domènech de "traïdores" y han colocado a la confluencia progresista "junto al PP".
Otros, más comedidos, han expresado "decepción" e "incomprensión" con la decisión de la plataforma izquierdista.
Cargos públicos, también
Este ha sido precisamente el campo de juego de los cargos electos. Lluís Llach, diputado de Junts pel Sí, se ha mostrado "decepcionado" por una postura "absurda" y que "no entiende".
En los micrófonos de RAC1, el electo y cantante ha indicado que "para una fuerza transformadora heredera del 15-M supone un engaño semántico o una estafa semántica" la decisión tomada ayer.
Miquel Buch, alcalde de Premià de Mar (Barcelona) y presidente de la Asociación Catalana de Municipios (ACM), tampoco ha dado tregua: "No hay margen para la indefinición ni los cálculos electoralistas", ha tuiteado.
Rufián, el más duro
Mireia Boya, diputada de la CUP, ha advertido a los comunes que "la historia les arrollará". Según ella, la confluencia "habrá mentido" si no se suma finalmente al 1-O, lo que le genera "tristeza".
De nuevo, uno de los más duros en su expresión ha sido Gabriel Rufián, que ha valorado desde la misma radio que Llach que "aunque ICV se vista de 15-M, Iniciativa se queda".
El portavoz adjunto de ERC en el Congreso también ha tildado de "vergüenza para replanteárselo todo" que las juventudes de SCC retuitearan la noticia de que CeC sólo participaría en el 1-O como movilización.
Muerde la 'sociedad civil'
La llamada sociedad civil soberanista tampoco ha dado tregua al espacio de izquierdas. Jordi Cuixart, presidente de Òmnium Cultural, ha leído la toma de posición como "decepción mayúscula".
El vicepresidente segundo de la Asociación de Municipios para la Independencia (AMI), Eudald Calvo (CUP), ha compartido un mensaje que admite que la postura de Colau y Domènech es "un torpedo a la línea de flotación" del referéndum.
Súmate, la asociación de independentistas castellanohablantes, ha considerado que el anuncio del sábado significa "reírse de los catalanes por un puñado de votos. Llama al independentismo a "no esperar más por un apoyo que nunca llegará.Seguimos!".
Por su parte, uno de las voces más escuchadas del soberanismo, Toni Soler, cofundador de Minoria Absoluta y excomisario de los actos del Tricentenario de 2014, ha disparado de nuevo contra ICV.
De los rojiverdes ha dicho que "ha fagocitado el mundo colauer-podemita" cuando, bajo su punto de vista, "todo indicaba que sería al revés".