La socialista Núria Marín, alcaldesa de L’Hospitalet de Llobregat, lleva desde 2008 centrándose exclusivamente en gobernar la ciudad con más densidad de población de Europa, pero sabe que la política actual en Cataluña también le afecta, lo quiera o no. Su opinión es clara: “Junqueras prefiere ser mártir a presidente” o, al menos, juega con esa intención cada vez que aparece en el mismo plano que sus colegas de Junts pel Sí.
Marín atisba el proceso independentista con la distancia que le permite la situación, pero confiesa que no sabe cómo acabará todo esto. “Ellos aseguran que llegarán hasta el final, pero ¿qué es exactamente el final?”, ha dicho este miércoles, 5 de julio, en los desayunos de Crónica Global.
El PDeCAT, el verdugo
Con Carles Puigdemont tiene una buena relación, “así como con el otro no había manera”. En cuanto el president de la Generalitat tuvo un hueco para ella, comieron juntos y ella aprovechó para poner los puntos sobre las íes en cuestiones en las que, a su parecer, el Gobierno catalán había dejado abandonados a los ayuntamientos, como las becas comedor y las guarderías. “Lo encajó perfectamente. En temas como la independencia no nos pondremos de acuerdo”, pero sí en otros.
La alcaldesa cree que Puigdemont está convencido de que su función política acabará cuando quede atrás el archianunciado Día D --o día O, en este caso--. “Lo peor es que él se lo cree, pero su partido no está tan convencido”, espeta Marín, convencida de que “el PDeCAT es quien pone las cabezas, pero aquí quien manda es la CUP” y, mientras tanto, ERC silba y mira hacia otro lado.
Se declara pedrista (“Lo voté en las anteriores por descarte”, revela) y explica que vivió en vivo y en directo lo que llama el asesinato del comité, en el que Susana Díaz perdió toda posibilidad de ser un referente del Partido Socialista. “Tuvo las manos manchadas de sangre durante todo el proceso”. Algo que a Pedro Sánchez le vino bien para meterse al votante catalán en el bolsillo y que ella aprovecha siempre que puede para recordárselo: “Le digo ‘¿Para qué vienes a Cataluña? ¡Si ya lo tienes ganado!”.
Fortalezas
L’Hospitalet interesa, últimamente, como consecuencia de Barcelona, y Marín es plenamente consciente de ello. Además, desde 2013, el único input que tiene el ciudadano es el referéndum. Así que, tras un proceso participativo en el que definir los puntos fuertes y los más débiles de la ciudad, se diseñó un proyecto estratégico que definió los tres aspectos clave del municipio: el campo biomédico, el cultural y el turístico.
La concentración de centros sanitarios en Bellvitge como el propio hospital o el Instituto Catalán de Oncología (ICO) son una de las bazas ideales para la alcaldesa en las que se apoya para defender su proyecto de los 26 nuevos rascacielos o PDU (Plan Director Urbanístico). Una iniciativa ambiciosa que pretende impulsar la ciudad como una de las arterias principales del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) mediante la localización de empresas y servicios biomédicos para sumar potencialidad alrededor de los hospitales de la zona.
Imagen en 3D del Plan Director Urbanístico (PDU) de L'Hospitalet de Llobregat / CG
El rol cultural que pretende ocupar L’Hospitalet es “con toda modestia, como Brooklyn en Nueva York”, dice Marín. Dispone de territorio suficiente para acoger a la industria cultural y en él conviven ya 400 empresas del sector que facturan unos 400 millones de euros, como Filmax.
El turismo en la zona, hasta hace relativamente poco, era totalmente desconocido. L’Hospitalet no ha sido nunca un territorio en el que apareciera algún turista desnortado buscando en el mapa cómo regresar al centro de Barcelona. Hasta que empezaron a construirse los primeros hoteles en la plaza Europa para acoger a asistentes a ferias como el Mobile World Congress (MWC), por ejemplo.
La ciudad ha crecido con la crisis y el hecho de que Barcelona no pueda o no quiera acoger eventos, negocios o según qué colectivos y éstos se vayan a L’Hospitalet, le beneficia claramente. Y los resultados, sobre todo económicos, se notan. El consistorio está en uno de sus mejores momentos.