El primer secretario del PSC, Miquel Iceta, lucía este domingo una prominente sonrisa. Su partido hermano, el PSOE, acababa de asumir en el 39 congreso federal el compromiso para reformar la Constitución con el objetivo de “perfeccionar el reconocimiento del carácter plurinacional” de España.
Este planteamiento supone un cambio sustancial en el modelo territorial que hasta ahora defendía el PSOE y es una de las principales novedades ideológicas --tal vez la más trascendente-- del cónclave de este fin de semana. Pero, sobre todo, supone una gran victoria de los socialistas catalanes y, fundamentalmente, del propio Iceta, el gran avalista de la “plurinacionalidad”.
Pedro Sánchez ha hecho suyo de principio a fin el discurso de Iceta en esta cuestión, y así lo reconoció pública y explícitamente. “Estoy a favor de España y del catalanismo. A favor del catalanismo como lo defiende Miquel Iceta, como un sentimiento cívico, transversal, el amor por la tierra, la lengua, la cultura, la historia de Cataluña, y que lejos de negar su realidad hispana lo que hace es abrazarla, comprometerse junto con los millones de progresistas y compatriotas españoles para modernizar, transformar y europeizar España", señaló el secretario general del PSOE en su intervención del domingo.
La alianza Sánchez-Iceta
Bien fuera por convencimiento o por necesidad, lo cierto es que ya se presentó a las primarias de hace un mes con esta propuesta, y en Cataluña arrasó con un 82% de los votos de los militantes, el mayor porcentaje cosechado en todas las comunidades.
La alianza de Sánchez con el PSC también le ha sido muy rentable en el congreso federal, donde ningún apoyo estaba de más para demostrar que la herida por la fractura interna de los últimos meses estaba suturada. Cabe destacar que, pese a que los susanistas han asistido en son de paz, estos no han avalado el proyecto político --se ausentaron de la votación-- y que la ejecutiva y el comité federal se han aprobado con el voto del 70,5% de los delegados, un porcentaje menor que el obtenido por el propio Sánchez en 2014 (88%), por Rubalcaba en 2012 (80%) e incluso por Almunia en 1997 (73%).
Reticencias internas
El giro hacia la “plurinacionalidad” y hacia la “nación de naciones” ha pasado el corte, pero no sin algunas reticencias. Durante el congreso, la delegación asturiana se opuso a esta definición (con un apoyo del 20% en la comisión política), y el portavoz socialista en el Parlamento asturiano, Fernando Lastra, consideró que “no es una propuesta sensata” sino un “error que no une, separa, e introduce incertidumbre y ambigüedad” y que obligará a “aclarar quiénes son esas presuntas naciones, quién va a decidir cuáles son y cuáles no y con qué votos y mayorías”.
Algunos barones tampoco lo vieron claro. Es el caso del presidente del Gobierno de Aragón, Javier Lambán. “Me preocupa que demos una imagen de que la unidad de España es matizable. Creo que no se tendría que haber planteado. Puede llevar a la confusión”, advirtió al respecto.
Preguntada al respecto, la presidenta de la Junta de Andalucía, Susana Díaz, se limitó a señalar: “Todo el mundo sabe cómo entiendo, quiero y defiendo a España. Defiendo la Constitución, la ley, el Estado de derecho y el artículo 2 de la Constitución [que recoge la indisoluble unidad de la nación española y la autonomía de nacionalidades y regiones], y de ahí no me voy a mover”.
¿Solución o problema?
También el PP y Ciudadanos aprovecharon para cargar contra el PSOE por este motivo. Para el líder popular en Cataluña, Xavier García Albiol, con la apuesta del PSOE por la “plurinacionalidad”, “pierde España y ganan Iglesias y Puigdemont”. Mientras que, según Albert Rivera (C’s), “el PSC le gana la batalla a lo que queda del PSOE constitucionalista... cada día más podemizados y más cerca del nacionalismo”.
Por supuesto, Iceta no lo vio igual y se mostró absolutamente convencido de que el paso que ha dado el PSOE es “una buena aportación” para encontrar una “solución” al problema del independentismo catalán.
El tiempo dirá quién tiene razón pero, de momento, el líder de los socialistas catalanes ha ganado la primera batalla.