Aparente volantazo del presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. Aparente porque su oferta de acudir al Congreso de los Diputados a explicar el referéndum supone un cambio de opinión respecto a sus posiciones iniciales. Pero se trata en realidad de una oferta envenenada.
Puigdemont ha enviado este viernes una carta a la presidenta del Congreso, Ana Pastor, en la que se ofrece a ir a la Cámara lo "más pronto posible" para participar en un debate sobre el referéndum.
"Me parece importante que todos los diputados del Congreso puedan escuchar, en tanto que máximo responsable institucional de Cataluña, las razones por las cuales hemos llegado hasta aquí", indica en el escrito. Sin embargo, el dirigente independentista deja claro que no está pidiendo permiso para celebrar ese referéndum, unilateral y señalado para el 1 de octubre. Y tampoco quiere que la iniciativa será sometida a votación. “No quiere humillarse”, ha dicho su entorno en repetidas ocasiones. Puigdemont no quiere experimentar el fisco del llamado Plan Ibarretxe, que el propio lendakari Juan José Ibarretxe presentó y que el Congreso tumbó en 2005. El dirigente peneuvista convocó elecciones a continuación y sufrió un duro revés. Por su parte, el Gobierno no concibe una comparecencia del dirigente de PDeCAT sin votación. Este rechazo será convenientemente publicitado por los secesionistas, abonados al discurso del agravio.
"Debate trascendente y necesario"
En la misiva, el presidente catalán afirma estar convencido de que “un debate de esta trascendencia es necesario y se ajusta a lo que los ciudadanos esperan de sus instituciones de representación".
"Aspiraciones legítimas y mayoritarias siempre han sido rechazadas, recortadas o incumplidas, ya sea en la Cámara que usted preside o en el seno del Gobierno. No parece razonable volver a formular propuestas que están destinadas a correr la misma suerte", indica quien, semanas atrás, rechazó la invitación de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, de acudir a las Cortes en lugar de pronunciar una conferencia en Madrid, como hizo en locales cedidos por la alcaldesa Manuela Carmena.
Puigdemont sí estaría dispuesto a esta votación si, antes de ir al Congreso, hubiera una negociación bilateral entre los dos gobiernos. El presidente catalán incluye en la carta la pregunta del referéndum para el 1-O: “¿Quiere que Cataluña sea un Estado independiente en forma de república?”