Malos tiempos para el PDeCAT. O al menos eso es lo que vaticinan las encuestas de intención de voto. Y también los casos judiciales que afectan a sus miembros, el más reciente, el de Germà Gordó, investigado por el caso del 3%.
Para los jóvenes convergentes que ahora lideran el partido no está resultando fácil soltar lastre de la vieja guardia. Hay en juego muchos cargos y nóminas y eso ha puesto nerviosos a determinados dirigentes, inmersos en una frenética búsqueda de alianzas internas en contra del equipo de Marta Pascal. El ruido de sables, aseguran, comienza a ser ensordecedor. Hay llamamientos a la calma, pero la investigación de Gordó inquieta. Y mucho. “Sabe demasiado”, afirman fuentes próximas al partido que se apresuran a defender su presunción de inocencia.
La coordinadora de PDeCAT es partidaria de dejar caer a quien fue consejero de Justicia y mano derecha de Artur Mas, todavía presidente del partido. Otros sectores piden tiempo, pues temen que Gordó tire de la manta. De momento, el partido ha decidido que mantenga su escaño en el Parlamento catalán.
El nuevo implicado en el caso del 3% amagó con presentar candidatura alternativa en el congreso de refundación de CDC celebrado el verano pasado y exigió, para retirarla, que Jordi Turull no fuera secretario general del partido. Y lo logró.
Tal como informó este diario, Marta Pascal, ha aprovechado el caso Palau para desmarcarse de Mas, su padre político, marcando oficialmente el perfil ideológico del partido hasta el punto de abstenerse en la votación sobre la personación del Govern como acusación. Algo en lo que no estaba de acuerdo el expresidente.
Pero hay más frentes abiertos con la vieja guardia convergente.
Buscando la alianza con Conesa
Francesc Homs, tras ser condenado por la organización de la consulta del 9N, se siente abandonado por la nueva dirección. El exconsejero de Presidencia y exdiputado en el Congreso se ha quedado sin mando en plaza y reprocha a la ejecutiva de PDeCAT que no le haya buscado una salida. Homs, explican fuentes próximas a este partido, intenta arrimarse a Mercè Conesa, alcaldesa de Sant Cugat del Vallès y presidenta de la Diputación de Barcelona. Sin embargo, los esfuerzos de Homs no tienen visos de prosperar, ya que Pascal y Conesa mantienen una excelente relación.
Marta Pascal ¿la "enemiga" a combatir?
Conesa protagonizó en el congreso de refundación un importante golpe de efecto al presentarse como candidata a la presidencia del Consell Nacional del partido --órgano de representación de la militancia--. Lo hizo en contra de la voluntad de quienes pilotaban la transición, es decir, Artur Mas o Jordi Turull, que obligaron a Santi Vila a presentarse a prisa y corriendo para neutralizar a Conesa. Sin embargo, ésta ganó.
Conesa está identificada con una ideología socialdemócrata que también comparte Josep Rull, consejero de Territorio de la Generalitat, pero que está años luz de la de Homs, un liberal que no encuentra su sitio en el partido, que se ha quedado sin nómina y que, al parecer, se resiste a regresar al ámbito privado. Pero en esta pugna por la supervivencia política, Homs cree que él y Conesa tienen una “enemiga común”, Marta Pascal. El entorno de la coordinadora afirma que se equivoca.