“Unas primarias trascendentales para Cataluña y España”. Lo dijo Miquel Iceta al ejercer el voto en las primarias del PSOE. Ganó su candidato no confeso, Pedro Sánchez. Y lo hizo arrasando, con un 82,44%. Frente al inmovilismo de Susana Díaz, el nuevo secretario general tiene una propuesta plurinacional, vía reforma federal de la Constitución, y predisposición a llevarla a cabo buscando una alternativa progresista al Gobierno del PP. Si le dejan en su partido.
Cataluña ha estado muy presente en la campaña de las primarias del PSOE, donde Sánchez mantuvo su visión de una España “nación de naciones”, frente al centralismo de Susana Díaz, quien le acusó de dar bandazos ideológicos. No obstante, el interés de Sánchez por hablar del problema catalán marcando distancias del enrrocamiento de un PP compartido por la socialista andaluza, arroja luz sobre una posible salida al problema del procés. No será fácil, pero es precisamente esa predisposición a abordar la cuestión, por la que Díaz había pasado prácticamente de puntillas, la que determina que algo se mueve en el ámbito territorial.
Por Sánchez pasa el futuro de la política española, pues de sobras conocido es su “no” al Gobierno de Mariano Rajoy. Le costó el cargo rechazar el apoyo en forma de abstención a la investidura del popular, una postura que avaló el PSC, asumiendo también riesgos que luego se tradujeron en una subida en las encuestas de intención de voto en unas futuras elecciones catalanas.
Siempre al lado de Sánchez
La sangre no llegó al río, pero la decisión del partido liderado por Miquel Iceta de ponerse al lado de Sánchez colocó a los socialistas catalanes al borde de la ruptura con el PSOE. Se revisaron protocolos y, finalmente, seguirán compartiendo su historia común.
Oficialmente, el PSC ofrecía neutralidad en las primarias. Pero siempre ha estado al lado de Sánchez. Los resultados así lo avalan. Ha obtenido el 82,46% de los votos en Cataluña.
En clave de partido, al PSC le beneficia la victoria de Sánchez. Le permite desmarcarse del PP y presentar al socialismo como la única fuerza que puede aglutinar una alternativa progresista capaz de ofrecer una salida a Cataluña. Una excelente tarjeta de presentación en el supuesto de que fracase el referéndum, se convoquen elecciones y, como dicen las encuestas, se fragua un nuevo tripartito formado por ERC, comunes y PSC decantado al diálogo con Madrid.
El futuro de Rajoy, Podemos...
Obviamente es prematuro determinar qué pasará a partir de ahora con la estabilidad de gobierno que el PSOE ofreció a Rajoy o si éste convocará elecciones para medir de nuevo sus fuerzas. O si Podemos atraviesa por una nueva catarsis que rebaje su radicalidad y propicie un entendimiento con la socialdemocracia. El último programa electoral de Sánchez asegura que su prioridad ya no pasa por esa alianza, pero nadie de los suyos la descarta.
No obstante, el independentismo catalán no se fía de Pedro Sánchez y creen que apenas se distingue de la cerrazón de Susana Díaz. Lo dicen convencidos de que la guerra que se avecina ahora dentro del PSOE obligará a transaccionar de nuevo una postura de mínimos hacia Cataluña.