Representantes de los principales partidos y medios independentistas e históricos personajes del nacionalismo catalán han participado este miércoles en un acto de apoyo a la presidenta del Parlament, Carme Forcadell, y al resto de miembros de la Mesa querellados por promover o permitir el proceso secesionista en contra de lo ordenado por los tribunales.
En la ceremonia, celebrada en una sala del Parlamento autonómico, han intervenido el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont; los expresidentes de la Cámara catalana Joan Rigol (Demòcrates), Ernest Benach (ERC) y Núria de Gispert (Demòcrates), y los periodistas Mònica Terribas (Catalunya Ràdio) y José Antich (El Nacional).
Junto a ellos estaban el expresidente de la Generalitat Artur Mas; el vicepresidente, Oriol Junqueras; la mayoría de los consejeros del Govern; algunos exconsejeros (como los inhabilitados Francesc Homs, Joana Ortega e Irene Rigau) y destacados dirigentes del PDECat, ERC y la CUP.
"Intentan inhabilitar a todo un pueblo"
Puigdemont ha hecho un llamamiento a los catalanes a "comprometerse colectivamente como país" ante el "intento" del Estado de "inhabilitar a todo un pueblo" por el proceso soberanista. Y ha subrayado que "ninguna democracia se puede permitir inhabilitar el trabajo del Parlament: debatir, discutir y acordar".
"Un parlamento donde no se puede hablar no es un parlamento. Y si esto pasa, que es lo que está pasando, entonces nos hemos de comprometer colectivamente como país con nuestras instituciones, porque en realidad no están intentando inhabilitar sólo una mesa, un parlamento o un gobierno", ha añadido.
Según Puigdemont, "están intentando inhabilitarnos a todos nosotros, a todo un pueblo", por lo que "esto no va sólo de grupos políticos, de instituciones o de compromisos personales". "Nunca caminaréis solos", ha proclamado el presidente autonómico dirigiéndose a Forcadell y a los otros miembros de la Mesa querellados: Lluís Corominas, Anna Simó y Ramona Barrufet.
"Un ataque a los cimientos de la democracia"
Por su parte, Forcadell ha acusado al Estado de intentar "convertir en delito la tramitación de propuestas parlamentarias", lo que a su juicio "constituye un ataque a los cimientos de la democracia".
"Estaremos a la altura del momento histórico que vivimos, no tengan ninguna duda", ha proclamado la presidenta de la Cámara.