Objetivo: impulsar y desarrollar las leyes de memoria histórica en Cataluña. La Generalitat catalana planea destinar, a ese mismo fin, un total de 5.172.100 euros en los presupuestos de 2017.

De esta misma partida, prácticamente la mitad --2.454.800 euros-- se destinarán a asociaciones dedicadas, como el Museo Memorial del Exilio (MUME) y el Consorcio para los Espacios de la Batalla del Ebro (COMEBE), entre otras.

En una respuesta parlamentaria publicada este viernes en el Butlletí Oficial del Parlament de Catalunya (BOPC), el conseller de Asuntos Exteriores, Relaciones Institucionales y Transparencia, Raül Romeva, informa de manera extrañamente extensa --la tendencia habitual de estos documentos es ahorrar palabras siempre que se pueda-- sobre los planes del Gobierno catalán para impulsar la memoria histórica.

Actos internacionales

Romeva empieza por las acciones que ha llevado a cabo la Generalitat fuera de Cataluña. En Italia ha impulsado la difusión de la exposición Catalogna Bombardata, sobre los bombardeos en varias ciudades catalanas.

En Buenos Aires, el Gobierno de Puigdemont estuvo presente en diferentes actos “que ponen en valor la memoria democrática de Cataluña y Argentina”, reza el documento. También en Francia, donde colocó una placa en memoria de las personas que tuvieron que exiliarse en la playa de Argelers.

En tierras catalanas, las actuaciones han puesto el foco en “la restitución moral”: homenajes anuales al Holocausto, a la Quinta del Biberón o a las personas muertas o desaparecidas en la batalla del Ebro.

Identificar restos óseos

Paralelamente, se han presentado el Plan de identificación genética y el Plan de fosas. Dos pasos “complementarios” con los que se pretende establecer relaciones de parentesco y determinar identificaciones personales de los restos óseos exhumados alrededor del territorio catalán.

A través del Memorial Democrático (MD), la Generalitat ha colocado las stolpersteine --adoquines en homenaje a las personas deportadas a campos de concentración nazi-- en las poblaciones de Manresa, Igualada y Castellar del Vallès.

El conseller de Asuntos Exteriores aclara, en su respuesta, que la relación con el MD es “cordial y fluida”, lo que permite articular varios proyectos en común como el asesoramiento en temas de simbología franquista y la itinerancia de exposiciones temporales.