Un tercio de la dirección del PDECat ha dimitido de sus responsabilidades al frente del partido para cumplir con un régimen de incompatibilidades que les obligaría a dejar uno de los cargos institucionales que asumen, y que el último Consell Nacional rechazó modificarlo para permitir su continuidad.
Los que han abandonado la primera línea del partido son: el diputado y alcalde de Valls (Tarragona), Albert Batet; el diputado y alcalde de Besalú (Girona), Lluís Guinó; la diputada y alcaldesa de Calella (Barcelona), Monserrat Candini, y la directora general de Cooperación Interdepartamental del Govern, Elsa Artadi --las incompatibilidades establecen que una directora general no puede tener cargo en la dirección--.
Conflicto interno
Las incompatibilidades ya fueron una de las cuestiones más espinosas del cónclave de julio, en el que se dio carpetazo a CDC, y, tras una propuesta de las juventudes aprobada de madrugada, se acordó que los dirigentes podían ejercer un máximo de dos cargos --orgánicos o institucionales--.
Después de ello, se nombraron a estos dirigentes a sabiendas de que incumplían el régimen, pese a que a la misma normativa les daba seis meses para renunciar a alguno de sus cargos.
Munté dejó su escaño
La vicepresidenta del PDECat, Neus Munté, también estaba afectada por este régimen de incompatibilidades, al ser también portavoz y consellera del Govern y diputada en el Parlament, y finalmente optó por dejar su escaño.
Ya a finales de enero, la coordinadora general del PDeCAT, Marta Pascal, anunció que Batet, Guinó, Artadi y Candini dejarían la dirección del partido una vez terminara el Consell Nacional que tenían previsto celebrar entonces en febrero.
Sin embargo, en dicho cónclave se hizo marcha atrás al aprobarse por mayoría hacer una excepción al régimen de incompatibilidades para permitir que los cuatro siguieran en la dirección, lo que finalmente se ha tumbado en el Consell Nacional de este marzo.