Artur Mas, Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y Raül Romeva (de izquierda a derecha) en la toma posesión del nuevo Gobierno catalán / EFE

Artur Mas, Carles Puigdemont, Oriol Junqueras y Raül Romeva (de izquierda a derecha) en la toma posesión del nuevo Gobierno catalán / EFE

Política

Mas se atrinchera en Exteriores, TV3 y Mossos d'Esquadra

El expresidente se resiste a perder influencia en el Gobierno catalán, mientras Puigdemont y Junqueras marcan distancias del líder de PDECat

21 marzo, 2017 00:00

Corren tiempos convulsos en la nueva Convergència, que a duras penas logra deshacerse de los pecados del pasado. Obstaculiza ese objetivo la presencia de Artur Mas al frente del partido. Pero el líder convergente no renuncia ni a liderar PDECat ni a ser influyente en un Gobierno catalán donde Carles Puigdemont y Oriol Junqueras también quieren pasar página.

Ese empecinamiento crea fuertes tensiones interdepartamentales. Dicho de otra manera, la agenda propia del delfín de Jordi Pujol, así como su doble discurso --imagen de radicalidad en Cataluña y de moderación en Madrid--, preocupa a quienes tienen ahora la responsabilidad de rematar el procés.

Mas ha logrado atrincherarse en áreas estratégicas del Ejecutivo autonómico, como por ejemplo la política exterior. Oficialmente, el departamento de Asuntos y Relaciones Instituciones y Exteriores de la Generalitat, cuyo titular es Raül Romeva, está en manos de ERC. Se trata de un pilar fundamental del proceso secesionista, aunque de momento, no se han logrado grandes complicidades internacionales.

El expresidente tiene puesta una pica en esta conselleria a través del Programa Internacional de Comunicación y Relaciones Públicas Eugeni Xammar, donde fue colocado su exjefe de prensa Joan Maria Piqué. Mas viaja, da conferencias en otros países y se reúne con la prensa internacional, en ocasiones a espaldas de Puigdemont, lo que ha provocado episodios de enfrentamiento entre ambos equipos.

La cobertura del caso Palau

Asimismo, el expresidente catalán maneja los hilos de la televisión pública, donde acaba de sustituir a Jaume Peral por un periodista afín a la vieja CDC, Vicent Sanchis. Al líder de PDECat no agradó el amplio tratamiento que TV3 hizo del juicio del Palau de la Música donde está aflorando la financiación irregular de CDC mediante el cobro de comisiones por adjudicación de obra pública.

Mas sigue mandando en la cadena catalana, pero también en el ente gestor de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA), cuyo proceso de renovación sigue bloqueado. Los republicanos admiten en petit comité que se les ha escapado el control de TV3, aunque también subrayan esa pugna entre Puigdemont y Mas, en la que al menos mediáticamente, gana el segundo. Su cuota televisiva por el proceso del 9N fue espectacular, pero posteriormente se vio empañada por la cobertura de los casos Palau y 3%.

Otro de los departamentos controlados por el expresident es Interior, donde su titular, Jordi Jané, ha recibido alguna que otra advertencia por su falta de músculo independentista. Jané, jurista y hombre de Mas, tiene el mando de los Mossos d’Esquadra, que tal como publicó Crónica Global, rechazan mayoritariamente el incumplimiento de la ley. Artur Mas también y así lo hace saber en sus reuniones con empresarios, ante quienes se presenta como el único que puede sacar a Cataluña del atolladero.