Raimón Bergós, secretario del Palau de la Música, ha empezado muy fuerte y muy seguro de si mismo con intención de desmarcarse de los principales imputados: “¡No!, no era amigo ni abogado personal del señor Millet. Ni él tenía el mío, ni yo tengo su teléfono móvil”, ha dicho nada más empezar su declaración. Pero a medida que ésta avanzaba, y a partir del incisivo interrogatorio del fiscal, Sánchez Ulled, Bergós, se ha venido abajo y, dubitativo y nervioso, no ha sabido explicar cómo se elaboraron unos informes presentados ante Hacienda para “camuflar” o “disimular” las cuentas opacas de la instituciones.

Bergós, ha manifestado que Millet le pidió su intermediación con Hacienda que, a partir de 2005, había iniciado diversas inspecciones de la contabilidad del consorcio del Palau, el Orfeó y la Fundació. Bergós dice que se negó a ello, pero no ha sabido justificar el contenido de los informes que los Montull presentaron para intentar engañar a la Agencia Tributaria.

Daniel Osácar

Sánchez Ulled le ha preguntado mirándole fijamente. “Conoce usted al señor Osácar”.Y Bergós ha respondido que no. 

El fiscal ha repreguntado: ¿Urdió usted una plan con facturas falsas para disimular el dinero desviado del Palau? El imputado Raimon Bergós, para quien el fiscal pide tres años, ha respondido en voz baja: “No”.