“Por la puerta de atrás” califican los trabajadores de TV3 la inesperada elección de Vicent Sanchis como nuevo director la cadena autonómica. “Necesitamos renovación y nos traen a alguien de la vieja guardia convergente”, aseguran fuentes del comité de empresa. En efecto, Sanchis está identificado con una etapa pujolista que los empleados de la televisión catalana creían superada.
“Un nombramiento sorpresa y sin argumentos claros y profesionales, que mina la credibilidad del medio y, en consecuencia, la de sus profesionales”, aseguraba anoche el comité de empresa en un comunicado en el que atribuye el relevo de Jaume Peral –a quien une una estrecha amistad con el presidente Carles Puigdemont— por Sanchis a “la buena cobertura informativa” de los casos Palau y 3%, que llega “en un momento de protagonismo mediático muy inconveniente para los dirigentes de la antigua Convergència”.
Se trata de una velada alusión a las posibles presiones del entorno de Artur Mas en la sustitución de Peral, quien, recuerdan, había pedido públicamente "una mejor financiación para renovar la programación de TVC”, cuya audiencia ha caído en picado en los últimos meses frente al auge de Antena 3 y Telecinco.
En el diario de Prenafeta
Sanchis (Valencia, 1961) fue director del diario El Observador, creado por Lluís Prenafeta, mano derecha de Jordi Pujol y que estos días se sienta en el banquillo acusado por el llamado Caso Pretoria, por supuesta corrupción urbanística. Fue también director del diario Avui.
Conocido tertuliano y activista del proceso independentista, el nombramiento de Sanchis como director de TV3 “no es una buena señal para la independencia profesional, la pluralidad y la apertura de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (CCMA)”, el ente que gestiona TV3 y Catalunya Ràdio.
Los trabajadores denuncian que el Govern sigue viendo a la CCMA como “un instrumento de propaganda”. El mandato de la mitad de sus consejeros, dicen, ha caducado –fueron elegidos en base a los acuerdos de 2012 entre CiU y PP-- sin que haya visos de renovación.
“La medida muestra claramente quién tiene el control político de TV3 y cómo sigue utilizándola de forma partidista para asegurarse el mantenimiento en el poder. Es una triste evidencia que sitúa a Cataluña a finales del siglo pasado, cuando la desafortunada gestión del pujolismo en la CCRTV, y a raíz de las denuncias de los profesionales, provocó los primeros debates parlamentarios para situar la Corporación en la línea de sus homólogos europeos”, asegura el Sindicato de Periodistas de Cataluña.