Los ciudadanos holandeses trabajan en dos frentes abiertos a un día para las elecciones: calmar la crisis abierta con Turquía y evitar que Geert Wilders --PVV-- ascienda al poder y alimente la islamofobia. Tras la victoria de Donald Trump en Estados Unidos, Wilders tiene la llave para abrir la puerta de Europa a los patriotismos.
A la espera de que llegue el miércoles, todo indica que esta teoría no se cumplirá. Según los últimos sondeos, el Partido de la Libertad (PVV) no sería el más votado. El candidato y todavía primer ministro, Mark Rutte --VVD--, sería la gran apuesta de los ciudadanos. Rutte ha llevado a Holanda a ocupar el primer puesto del crecimiento en la zona euro, y a marcar la miníma tasa de paro de los últimos ocho años.
"Somos Europeos"
Weesp es un pequeño municipio de 18.000 habitantes al sudeste de Ámsterdam. Allí vive Andrea Soler, una valenciana que emprendió viaje sin miedo a Holanda por amor. Su novio, Bas Essers, se define como un “ciudadano consciente” al igual que “el resto de holandeses” que consideran “imprescindible formar parte de la Unión Europea”, en contrapartida a lo que promulga Wilders.
Imagen del la zona centro de la localidad holandesa de Weesp
Andrea y Bas destacan que en su pequeña ciudad de residencia, los vecinos “no están demasiado preocupados por las elecciones” porque a excepción del PVV “los demás partidos tienen un programa adecuado”.
Bas cuenta a Crónica Global que el candidato populista lo tiene “muy complicado” porque “necesitaría de una mayoría muy absoluta” porque “ningún otro partido quiere apoyarle”. “Sería una gran molestia para el Parlamento y frustraría el proceso democrático”, sentencia.
Sin miedo al islam
Holanda cuenta en la actualidad con 16 millones de habitantes, de los cuales 397.000 son de origen turco. Esta semana se han hecho notar. Dos frases de Wilders alimentando el patriotismo y el calentón posterior de Erdogan, han desencadenado en una tensión diplomática entre ambos países que llega en el peor momento posible para los europeos. Además, la decisión del Gobierno de La Haya de vetar la entrada al país a un ministro turco ha caldeado aún más el ambiente.
Los holandeses andan algo preocupados con esta cuestión, pues temen que Wilders se aproveche y pesque más votos a río revuelto. Essers explica que se ha tomado "la decisión correcta” porque “no compartimos las ideas de Erdogan, que no encajan para nada en nuestra sociedad, y no es el lugar indicado para promulgarlas”.
Tanto él como su pareja aseguran que la islamofobia de la que se habla no es visible en el día a día. En Weesp “viven con total normalidad e incluso están construyendo una gran mezquita” indican.
Mezquita en Weesp (Holanda), aún en construcción
"Ámsterdam es multicultural"
En este sentido, la periodista Maria Forné, natural de Barcelona, y residente en la capital holandesa explica que “no se percibe islamofobia” en la ciudad, puesto que se trata de una urbe “intercultural”. Forné sí que reconoce que “las personas tienden a agruparse con gentes de su misma nacionalidad”.
El miércoles será el día clave para conocer el futuro de Holanda, así como el rumbo de la Unión Europea. No se palpa el sentimiento de “no” al islam en la sociedad. ¿Será mera propaganda electoral? En un día saldremos de dudas.