Interesante conversación con Javier Vega de Seoane, presidente del Círculo de Empresarios, de visita por Barcelona para pronunciar una conferencia. El hombre fuerte de la histórica institución empresarial madrileña tiene un mensaje que los catalanes debemos escuchar: al conflicto, al contencioso abierto no se le debe aplicar una solución, sino darle una salida.

Es una visión que vale la pena escuchar, porque tal y como nos explicó a los periodistas de Crónica Global en su visita a nuestra redacción se ampara en cuatro ejes. Esas cuatro soluciones parten de un común denominador: el PP no ha estado a la altura de las circunstancias hasta la fecha y en Madrid, entendido como concepto global de las Españas, se ha entendido con dificultades algunas reivindicaciones de un nacionalismo catalán que si hubiera seguido la senda de la moderación era comprensible en sus pretensiones.

Vega de Seoane apuesta por dar respuesta a cuatro cuestiones fundamentales: las infraestructuras, la lengua y la cultura, la fiscalidad y un nuevo Estatuto

Así, Vega de Seoane apuesta por dar respuesta a cuatro cuestiones fundamentales: las infraestructuras (aquí cabe desde el Corredor del Mediterráneo que el empresariado desea con urgencia hasta la falta de inversión en líneas ferroviarias de cercanías, por ejemplo), la lengua y la cultura, la situación de la fiscalidad autonómica en la que se equiparen los conceptos de solidaridad y, finalmente, un nuevo Estatuto de autonomía.

El cómo se llega hasta esa solución en los momentos actuales es difícil de vislumbrar a estas alturas de la película y, sobre todo, después del papelón que Artur Mas y los suyos han desarrollado en los últimos tiempos. Pero lo que está claro es que esa salida al tema catalán, por llamarlo de alguna forma, no pasa por los antiguos convergentes, sino por los seguidores de Oriol Junqueras, que eran jóvenes y hoy son maduros votantes moderados a la par que independentistas posibilistas y pragmáticos.

La opinión de un digno representante del mundo empresarial, presidente de la aseguradora DKV, entre otras ocupaciones mercantiles, merece ser tenida en cuenta. Ayer conferenció en Barcelona e intentó convencer a un buen número de catalanes sobre su visión y análisis de la situación. El Círculo de Empresarios, antaño uno de los reductos más casposos de la derecha española, hoy tiene ideas propias y una no desdeñable postura sobre el asunto de Cataluña y España. Quizá esa salida, en vez de solución, merezca la pena ser escuchada.