“Se dice que este es un juicio que se produce porque hay un Gobierno que desobedeció al Tribunal Constitucional. Pero no nos engañemos, estamos aquí por el éxito del 9 de noviembre de 2014, porque este éxito no agradó al determinadas instancias del Estado. Lo consideraron un desafío, y ahora quieren que ese desafío lo paguen algunos”, ha asegurado el expresidente Artur Mas ante el tribunal que le juzga por el 9N en un largo alegato final de 21 minutos con el que ha pretendido salir al paso de las críticas de sectores independentistas. Éstos le habían reprochado una línea de defensa poco valiente, que renunciaba a la desobediencia.
Mas se ha preguntado, “si es cierto que desobedecimos, ¿cuántos juicios se tendrían que celebrar cuando el Gobierno español desobedece, por ejemplo, a las instancias europeas?”.
Artur Mas ha ejercido su derecho a decir la última palabra en el juicio sobre la organización del 9N que hoy quedará visto para sentencia. Afronta una petición del fiscal de 10 años de inhabilitación por desobediencia y prevaricación, mientras que en el caso de la exvicepresidenta, Joana Ortega, y la exconsejera de Enseñanza, Irene Rigau, el ministerio público pide 9 años de inhabilitación.
El único responsable
El líder de PDECat ha recordado que se declaró “máximo responsable político del 9N e incluso único. Ortega, Rigau y Homs actuaron con la lealtad al presidente de la Generalitat que prometieron cuando tomaron posesión de sus cargos. Pero el máximo responsable fui yo”.
“Me declaro responsable de haber escuchado a mucha gente de la calle y de haber convocado elecciones anticipadas en 2012 para saber si esa expresión de la gente se trasladaba a las urnas”, ha añadido en su alegato final. Sin embargo, ha precisado que no se considera responsable de ningún delito.
“Nosotros no quisimos desobedecer al Tribunal Constitucional, pero sí queríamos plantar cara a un Gobierno español que quería impedir que nos expresáramos democrática y pacíficamente”, ha subrayado Mas, quien ha acusado al Estado de utilizar al TC.
El 9N “fue una jornada de la que nos deberíamos sentir orgullosos porque coincidieron muchas virtudes por las que un país se puede sentir orgulloso. Que la gente se autorganice no es frecuente en el mundo de la política. Y en lugar de eso ¡qué pena que se quiera convertir eso en un delito! ¡Qué inmenso error!”.
Cuando ha intentado cuestionar la imparcialidad de la Fiscalía, el tribunal se lo ha impedido, pero Mas ha dicho que “durante mi trayectoria, se me ha calumniado mucho, y ningún fiscal me ha defendido”.
Ha agradecido al presidente de la sala desde el punto de vista de la corrección y el respeto institucional, así como la labor del fiscal “desde la discrepancia. “Siempre he tenido reconocimiento de aquellas personas que en el ejercicio de su trabajo, hacen el máximo esfuerzo”, ha dicho Mas, quien ha calificado de “brillante” las intervenciones de los abogados defensores.