La primera ministra británica, Theresa May, ha perdido una importante batalla en la lucha por el Brexit. El Gobierno de Reino Unido no podrá emprender en solitario el proceso de separación de la Unión Europea, sino que deberá contar con el beneplácito del Parlamento.
Así, May no podrá convocar el Artículo 50 del Tratado de Lisboa de la Unión Europea (UE), que nunca antes se ha utilizado, y que significaría el comienzo del proceso fomral de salida del club de los 28 de la Unión Europea.
El más Alto Tribual de Reino Unido impedirá a May emprender el divorcio de Europa por su cuenta y riesgo. Deberá, en cambio, obtener el permiso del Parlamento Británico. Esto da a los legisladores la oportunidad de suavizar el plan inicial del Ejecutivo.
La corte ha tumbado este martes los planes del ejecutivo por ocho votos contra tres, según ha informado el magistrado David Neuberger.