Hubo un tiempo, no muy lejano, en que Cataluña se miraba en el espejo alemán. Especialmente en materia fiscal, dado que una sentencia de la justicia alemana puso límites a los desequilibrios fiscales entre los länders alemanes. Tras la sentencia del Tribunal Constitucional alemán, que ha declarado ilegal la celebración de un referéndum en Baviera, el nacionalismo catalán ha enmudecido, pues es difícil criticar a un país que, en muchos aspectos, ha sido referente de los políticos soberanistas catalanes. Incluso en el terreno políticos, pues con motivo del bloqueo en la investidura del nuevo presidente del Gobierno español, el exmandatario catalán, Artur Mas, aseguró que “si España fuera como Alemania ya habría una gran coalición” entre PSOE y Podemos. Incluso mencionó a Alemania cuando, en una entrevista a un diario digital, dijo que el independentismo catalán necesitaba un árbitro europeo, y éste podría ser el país germano. En este sentido, los estrategas independentistas confiaban en que Alemania defendería la causa catalana ante la UE, al igual que hizo el excanciller Helmut Kohl con Eslovenia y Croacia.
Artur Mas ha asegurado que “si un alemán mira al Sur de Europa, lo que más se parece a Alemania del Sur de Europa es Cataluña”.