Un grupo de 2.000 ciudadanos finlandeses elegidos mediante un muestreo aleatorio entre los desempleados del país se convertirán a partir de enero de 2017, y durante un periodo de dos años, en protagonistas de un experimento de la Seguridad Social. Ésta quiere examinar la utilidad de implantar una renta básica, que durante la duración del estudio consistirá en el cobro de 560 euros al mes libres de impuestos.
La institución pretende analizar cómo podría rediseñarse el sistema de Seguridad Social para afrontar los cambios del mercado laboral. También desea promover la participación activa, proporcionando mayores incentivos para trabajar, así como reducir la burocracia y simplificar la prestación de subsidios.
Cobrarán aunque trabajen
El ensayo se extenderá entre el 1 de enero de 2017 y el 31 de diciembre de 2018, periodo durante el que la cantidad a percibir --560 euros-- se mantendrá invariable. Dicha cifra no se verá reducida por ningún otro ingreso que los beneficiarios puedan obtener, ni siquiera aunque encuentren trabajo.
Los 2.000 ciudadanos participantes en el experimento fueron, con algunas excepciones, elegidos aleatoriamente entre un grupo objetivo de 175.000 personas de entre 25 y 58 años que recibieron el pasado mes de noviembre algún tipo de subsidio o pensión por desempleo por razones distintas de una baja temporal y que no cobraban prestación por paro.