Uno de los argumentos más repetidos por el independentismo asegura que España comete un expolio fiscal con Cataluña. Curiosamente, aplicando la misma lógica de los nacionalistas, también puede afirmarse que Cataluña roba a Barcelona. Y es que, según un estudio reciente, Barcelona aporta mucho más de lo que recibe en términos fiscales.
Así, el informe Las balanzas fiscales dentro de Cataluña revela que, aunque la administración catalana obtiene el 82,3% de sus ingresos de Barcelona, sólo destina a esta demarcación el 64,9% de sus gastos. Esta circunstancia conlleva que, de cada 100 euros que sus habitantes pagan en impuestos, 21 no regresen a la provincia.
Los grandes impuestos se pagan en BCN
De estas cifras se deduce que la Generalitat impone al territorio barcelonés un déficit fiscal más elevado que el que sufre Cataluña dentro de España. Y ello a pesar de que prácticamente el 90% de los grandes impuestos que se recaudan en terreno catalán --el IVA, el IRPF y las tasas especiales-- son pagados por ciudadanos y empresas residentes en la región de Barcelona.
De este modo, la comparativa, realizada por CCC con el método carga-beneficio a partir de los últimos datos disponibles (2013), pone de manifiesto que el Gobierno catalán inyecta mayores recursos en las regiones menos dinámicas desde el punto de vista económico en detrimento de las más emprendedoras. Es decir, que actúa de manera idéntica a la del Gobierno central en el conjunto de España.
El Govern aprecia "errores de bulto"
La Consejería de Economía y Hacienda de la Generalitat, consultada por Crónica Global, ha restado validez a estos números argumentando que, en su mayor parte, la política redistributiva del Ejecutivo catalán "no es discrecional". Esto es, que viene dictada por las normativas estatales y por las necesidades de cada territorio. Además, consideran un "error de bulto" que la publicación incluya el impuesto de sociedades. "Como es sabido", precisan, "se trata de una tasa que no recauda el Govern, sino el Estado".
No obstante, otros economistas mantienen un punto de vista muy distinto. Es el caso del director de la Fundación de Estudios de Economía Aplicada, Ángel de la Fuente, que, además de compartir las tesis generales del documento, juzga endeble el pretexto de la Generalitat acerca de la discrecionalidad de los gastos. En su opinión, el "Ejecutivo central podría aducir exactamente las mismas razones".
Todos distribuyen la riqueza
Por su parte, Gonzalo Bernardos, profesor titular de Economía de la Universidad de Barcelona, estima "irrelevante" que el impuesto de sociedades lo cobre el Estado y no Cataluña. "Lo significativo, puestos a comparar, es lo que gasta cualquier parte de Cataluña en relación a lo que ingresa, independientemente de quién recaude el dinero", aclara.
Asimismo, recuerda que no constituye una anomalía, sino todo lo contrario, que las zonas acaudaladas financien a las que los son menos, "aquí y en cualquier lugar del mundo". A su juicio, estos datos evidencian las "trampas" de las reivindicaciones nacionalistas en torno a este asunto: "La política fiscal que practican ellos no vale si la llevan a cabo los demás".