Después de 23 años de persecución soberanista, la marca Coca-Cola se suma a la causa independentista. Lo hace a través de Sol Daurella, presidenta de la embotelladora Coca-Cola European Partners, que acaba de fichar por el Consejo de Diplomacia Pública de Cataluña (Diplocat), dependiente de la Generalitat, junto a otras 38 personalidades para contribuir a la internacionalización del procés.
Se da la circunstancia de que la multinacional, ahora crucificada en las redes sociales por apoyar la "ruptura de España" fue objeto de una intensísima campaña de acoso por parte de Plataforma per la Llengua por negarse a etiquetar en lengua catalana.
Conocida como la ONG del catalán, esta plataforma es una de las entidades más subvencionadas del Gobierno autonómico. Nació en 1993 y su presentación consistió en la creación de un gran mosaico en la plaza Cataluña hecho con 15.000 latas de Coca-cola en el que se podía leer la frase “Etiquetem en català” (Etiquetemos en catalán).
Negociaciones infructuosas
Desde entonces, la empresa ha aparecido en todos los informes elaborados por la Plataforma sobre compañías que no etiquetan en lengua catalana. Se repartieron adhesivos para "normalizar" las latas, es decir, catalanizarlas, y folletos con el lema "La Coca-Cola etiqueta en 135 idiomas alrededor del mundo. ¿Y por qué no en catalán?".
Durante estas dos décadas, esta entidad intentó reunirse en varias ocasiones con Cobega y Coca-Cola España, sin que pudiera alcanzarse un acuerdo.
Con estos precedentes, la incorporación de Daurella al consejo consultivo de Diplocat ha causado sorpresa en medios políticos, donde se interpreta esa adhesión a la causa independentista como un intento de evitar boicots futuros. No corren buenos tiempos para la empresa, que ha registrado un descenso de ventas en Madrid a raíz del ERE ejecutado en sus plantas embotelladoras, lo que dio lugar a una intensa campaña contra Coca-Cola en las redes sociales.