Fidel Castro ha muerto y ha dejado tras de sí una Cuba que ha moldeado a su gusto durante casi 60 años. Su figura es el pilar fundamental del Estado cubano en su diseño actual y, como tal, a su desaparición física sigue un periodo de incertidumbre cuyo desenlace nadie alcanza a vislumbrar.
La Cuba que abandona el histórico barbudo, ni siquiera es ya la Cuba que legó a su hermano Raúl en 2008, cuando la enfermedad le obligó a entregar la vara de mando y a observar el devenir de los tiempos desde su finca en un apartado barrio de La Habana.
Iniciativa privada
La reforma económica que el Partido Comunista Cubano (PCC) aprobó en su congreso de 2011 y ratificó la pasada primavera deja entrever los signos del cambio en la incipiente iniciativa privada que ha llenado de casas particulares y 'paladares' cada rincón de la geografía cubana.
Lejos queda la dura fase que siguió al desmoronamiento de la Unión Soviética, y que se cobró un tercio de la masa corporal de los cubanos en hambre y trabajo.
Deshielo diplomático
La reconstrucción de las relaciones con Estados Unidos generó grandes expectativas en momentos de crisis pero, si bien notables, los avances han sido mínimos por la negativa del Congreso --dominado por los republicanos-- a acompañar a Barack Obama hacia el fin del bloqueo.
Fidel ha dejado una Cuba en plena reconversión que ya buscaba una brújula para improvisar un modelo propio sin traicionar los principios socialistas y, tras su marcha, queda todavía más desorientada por la pérdida de su ancla más fuerte al pasado.
El factor Trump
El líder opositor José Daniel Ferrer, de la UNPACU, explica a Europa Press cómo cree que se desarrollarán los acontecimientos. Respecto a la llegada del nuevo inquilino a la Casa Blanca, Donald Trump, considera que, a medio plazo, "las cosas se estabilizarán y todo volverá a ser como antes".
Pese al escepticismo global en torno al magnate neoyorquino, su perfil duro --y la amenaza de volver al statu quo-- podría obligar a Raúl Castro, "que hasta ahora ha mordido la mano de Obama", a hacer gestos al nuevo presidente estadounidense para lograr que Washington siga soltando cuerda, estima el dirigente de la UNPACU.
Un tercer hombre
Por otro lado, "se acerca el momento de un tercer hombre", dado que Raúl ha anticipado que en 2018 dejará la Presidencia. "Y no siendo de la vieja guardia comunista, va a tener que ceder ante las demandas populares para conseguir mayores espacios políticos", augura Ferrer.
En ese ínterin, Castro incluso podría preparar el relevo llevando a cabo la agenda reformista para la que Fidel era un "obstáculo". "Sería una salida para Raúl, para que pueda hacer una simple apertura, aunque todavía sea cosmética", considera el representante de la CCDHRN.
De momento, la oposición se muestra prudente. Parece poco probable que todo pueda continuar como hasta ahora, pero tampoco pronostican un cambio radical del sistema que traiga la democracia a la isla.